La mediocridad, el vacío, las libélulas azules los días de lluvia. Las naranjas podridas, el fracaso, los sueños enfermos, la vanidad y la evidencia. Aquí yace el miedo transformado en rabia, en ira, en verso y algo más.
sábado, 6 de abril de 2013
Reconocimiento de entraña
Salí a caminar sobre mis pasos,
y he encontrado un hueco
de otro mundo
que se parecía a este.
El cielo bostezaba con mis párpados.
Cantábamos al malva y su ceniza,
como abrir los ojos,
y ser ebrio de algo.
Entendí porque hay hombres
que dedican
su vida a descubrir.
Escrutando este cielo
yo solo querría mirar
y atisbar en su oníria desnuda
cada bello matiz.
Escuchar el trino del pájaro vulgar.
Respirar, estirar el alma,
ser feliz.
Ver en la cúpula del alba
el fuego inmortal.
Volverme a despertar
en tu jardín.
Encontrar cada mañana
una verdad.
La esencia confinada en el vivir.
Akata.

Qué bello Akata, me ha encantado.
ResponderEliminarDichosos los colores que estallan nuestra sensibilidad, de repente, sin avisar.