Foto: Alejandro Rodríguez
Tengo un nido en el pupitre, verde, como el día gris de mi ciudad.
Todas las alas se han desatado, y el cuervo, que come carne y también gime,
y llora,
y siente miedo,
posa su pluma tibia en la garganta de otro vuelo.
Y calla, y todos los ojos lo expulsan al frío,
donde en la calle los abrigos bailan Cádiz,
donde aún carnaval se abre dormido.
Y el nido, verde, esperanzando al corazón podrido,
sonríe bizco al cuervo que gritando,
espera el amor que trae el olvido."
Akata.
Akata.
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