La mediocridad, el vacío, las libélulas azules los días de lluvia. Las naranjas podridas, el fracaso, los sueños enfermos, la vanidad y la evidencia. Aquí yace el miedo transformado en rabia, en ira, en verso y algo más.
miércoles, 25 de septiembre de 2013
¿Dónde, dónde? Dando
Dámaso Alonso pensaba, preguntaba a Dios si Dios
se hallaba. Si había una mosca en su sien dictando un pentagrama
mudo. Él gritaba al mundo que le diera un nombre, que pusiera
un punto y final a todas sus interrogaciones.
Pero no preguntó al hombre, que era el único capaz de entender
a Dios, porque es más Dios que hombre, y viceversa.
No preguntó a su carne por qué no había respuestas desde
el cielo negro. Se limitó a balbucear y a condenar al murciélago
de la blanca leche. A gemir como un niño ronco y asustado
que teme no ser correspondido.
No preguntó al hombre, no preguntó al dador de toda fuerza.
Al endeble capaz de crear mundos.
Y ahora, por su culpa y
quizá, por la de otros tantos de cientos, yo pregunto a Dios
dónde está la palabra que nos debe. Donde está el que responde,
y para qué tanta pregunta.
Temo morir sin luz.
Temo dormir sin vida.
Akata-cabreo.
domingo, 22 de septiembre de 2013
Canción del retiro
Todo el mundo escribe poesía.
Todas las personas mueren.
Todo el mundo tatúa las ventanas, los árboles, la vida.
Todas las personas mueren.
Todos han aprendido a inventar un don para zafarse del mundo.
Todo el mundo tiene un don ahora.
Todas las personas mueren.
Todos quieren pintar enredaderas y crear canciones de rock and roll
con olor a bares de domingo.
Todas las personas mueren.
Todos quieren volar.
Todos vuelan. Todos acaban quemando sus alas al sol. Todos son excepcionales.
Pero todas las personas mueren.
Y ellos, que ahora piensan en sí mismos como
un alivio para el universo, también.
Akata.
jueves, 12 de septiembre de 2013
Nostalgia literal
El mundo está mal, las cosas están equivocadas, la gente no se quiere, las luces siempre están encendidas, todos se miran como si pudieran verse. Todos se miran. Nadie se ve, nadie se siente. Las cosas están mal. El mundo ha decidido dar la espalda al mundo.La gente camina, se pisa, se destroza, se insufla fuerza de mentira, como las bromas que se gastan los fines de semana. Algo así hace el hombre. Se machaca, se lesiona. Sigue andando. Es curiosa la fuerza con la que la inercia te golpea a veces, y como un segundo después, cuando más presión haces por vencerla, deja de empujar y te quedas besando aire, comiéndote las babas del último aliento que exudaste. Vaya mierda. La gente no se quiere en absoluto. Yo no me quiero en absoluto. La vida no se bebe en absoluto. Y llegará el final, porque no siempre podremos levitar en esta divina inmortalidad, y entonces habremos hecho mal en no concedernos algún que otro deseo, en no habernos resuelto o revuelto un poco los nudos del pelo. Habremos perdido más que habremos ganado. Habremos muerto. Habremos fracasado. Habremos sudado y habremos intentado cambiar algo en el mundo.Y el mundo seguirá roto, seguirá jodido, oliendo a basura, a pena, a culpa, a fracaso. A fracaso como las calles de Murcia que hoy huelo desde la ventana de la habitación.
Huele a fracaso, a vómito, a incienso a muerto desnutrido. Huele a indiferencia y a algo más que supongo que es lo que Sabina decía en las canciones, que hace que el matiz y los colores de todos los edificios me parezcan negros y huecos. Asquerosamente horribles. Muertos. Horribles. Todo está mal. Todo está mal. Y no puedo arrancarme la nostalgia del pecho, la losa del pecho que pesa más que mis nervios y mi mano turbia. La gente no se quiere, papa. La gente ya no se quiere nunca, y yo me estoy desvaneciendo.
Akata.
Huele a fracaso, a vómito, a incienso a muerto desnutrido. Huele a indiferencia y a algo más que supongo que es lo que Sabina decía en las canciones, que hace que el matiz y los colores de todos los edificios me parezcan negros y huecos. Asquerosamente horribles. Muertos. Horribles. Todo está mal. Todo está mal. Y no puedo arrancarme la nostalgia del pecho, la losa del pecho que pesa más que mis nervios y mi mano turbia. La gente no se quiere, papa. La gente ya no se quiere nunca, y yo me estoy desvaneciendo.
Akata.
martes, 10 de septiembre de 2013
Todo lo demás es lo de menos
Y
ver su foto y encontrar el libro aquel que leía en el porche junto
al cielo negro. Vaya, cavilando sobre la eternidad de lo que es y no,
de lo que muere y no, que es todo y a la vez es nada. Y pensar que
antes lo contemplaba como contemplaba la noche aquella, más opaca y
oscura que sus ojos de cieno, y sentía el rugir de un ave
hambrienta, el avivar de un fuego oculto. Y, ahora, ahora no puedo
dejar de evocar aquel título casi revelador que Sartre se empeñaba
en disfrazar como un modo de liberación inútil. Todos estamos
condenados a ser esclavos, tropezones de la mala digestión del
mundo. Y ver su foto y emblandecerme, derretirme, sentir una arcada
espantosa que no deja de chillarme aquello que decía la canción: "So fuck you, fuck you, fuck you, and all we've been through." Y
me siento débil y enferma recordando que me espetó que ya no
tenía alma, como si yo, al borde de mi angustia, pudiera
devolvérsela. Vaya...
Akata.
jueves, 5 de septiembre de 2013
A propósito de nadie
LA
LÍNEA ESTABLECIDA
He
establecido una línea muy fina entre tus palabras y mi boca. Entre
mis palabras y la tua bocca embelesada. Que me miras como si no me
vieras, pero como viéndome con la claridad que despierta tras de mi,
y tras todas las palabras, todas las palabras de tu boca. De la
nuestra, de nuestra boca que aquí es plural porque no puede ser de
ninguna otra forma. Por que yo he creado una pequeña lengua de
distancia entre el hueco de las manos. Entre los ojos y el perfil de
tu sonrisa cuando se dibuja.
Herido
de vanidad ante el mundo, te confiesas, porque no puede mentirse a
un sol que nace, por que es sólo en la noche cuando mueren los
hombres respetables y los niños y borrachos pueblan los puentes y
los ríos.
Así
es Murcia cuando la caminas en tus labios.
Me
dices que hay esquinas de muchachas hambrientas, curvas que yo no
había visto antes de todas esas farolas apagadas; e hilo, trenzo,
tejo un cúmulo abstracto de ideas estúpidas sobre chicos en
cuclillas que quieren palpar huesos de hielo.
He
construido un muro tan ligero, tan fino y transparente, que casi es
irrompible; por que son esa clase de muros, los que parece que van a
quebrarse, aquellos que persisten al relente de Murcia y su pecado.
Por
que este “no hacer nada”, el de tocarte y no, el de besarte y
no, y besarte más. El de la espera. El de que esperes. ¿Qué
esperas? Esperas, que lo sé. Esperas que sea mi gesto el que apremie
al diablo, el que le diga NON SERVIAM; Non Serviam
tampoco a ti, triste Mefisto. Parece que con la hoz titilando en los
dedos de otro la muerte no podrá culparte. Pero ¡Oh! La muerte si
es deseo culpa a todos. A todos, querido amigo al otro lado.
Sigues
bajando la escalera de piedra, que ahora parece un desierto en el que
esta el silencio de tu voz ahorcada. Me brillan las pupilas- será la
luna- de tanto pensar que sé que piensas, que lo intuyo y ni tu alma
es parecida a lo que yo pueda palpar. Se de ti. No se nada. Pero se
de tu cuerpo esbelto como sombra de abeto, se de la fuerza de tus
nudos, del celta de tu rabia. Del pecho que no he visto nunca.
Se que
hay lanzas donde están las cicatrices aún.
Se
que se abren, y se que hay monstruos que podríamos compartir en otra
madrugada. Se que hay taras, se que hay miedos, se que eres un hombre
y que soy una mujer y que mis pechos son duros y tus brazos son
venosas ramas que pueden golpear y acariciar y lamer sexos.
Se
que sabes que crees que no se, o que se o creo saber o no se nada. Se
que hay palabras de azúcar, palabras de limón, amarillas palabras
dónde están nuestros pies cayendo en El Cuartel y la risa
sempiterna. Hay vecinos que aún se asoman al balcón por que
envidian la compañía de dos híbridos intentando dibujarse; que
añoran un cigarro acompañado, un humo para poder inhalar desde una
casa ajena.
He
contemplado la muralla de aire, y cuando exhalo pienso que se esfuma,
y un momento me digo: ¡Ahora! ¡ahora!¡ Date prisa!, ¡Blande tus
armas!¡Rompe, muerde dulce su boca y que no gima si no es por que ha
caído! ¡Bate todos los poemas!, Que descubra- dijo Whitman- el
origen en la savia de tu tacto. Que el orgasmo se produzca con la
sierpe corrompiendo su alma ya corrupta. ¡Devuélvele la juventud,
muestra su ataúd, enséñale la vida! Que respire la fuerza antes de
que vuelva la pequeña franja, antes de que el aire recomponga todos
sus cristales.
Palabras,
palabras... Línea. Muro. Fondo. Trago. Oscuro y mudo; me sobran a
veces todos los abrazos. Por que hay distancias que no se pueden
acortar con una historia, por que hay edificios tan livianos que no
podrán caer jamás. Tus palabras y mi boca. Mi boca. Tu boca. Las
palabras. Las...
25/6/2013 Akata.
"Tienes rostro de piedra esculpida,
sangre de tierra dura,
viniste del mar.
Todo lo acoges y escudriñas
y rechazas
como el mar. En el corazón
tienes silencio, tienes palabras
engullidas. Eres oscura.
para ti el alba es silencio."
sangre de tierra dura,
viniste del mar.
Todo lo acoges y escudriñas
y rechazas
como el mar. En el corazón
tienes silencio, tienes palabras
engullidas. Eres oscura.
para ti el alba es silencio."
C.Pavese
lunes, 2 de septiembre de 2013
Verso que no ejerce
Tienes gracia hasta la una y cuarto,
y luego me dijiste que había ojos que latían.
Se está tornando rojo este odio-tedio pesado.
Me levanté una mañana
y ya no te movías.
Sigo tu cuerpo, tu llano, tus pasos.
Sigo el escalón siguiente hasta la fría barra.
Que dicen que aún hay dientes
que sonríen al fracaso,
que aún te puedo encontrar si me convences;
como el agua
tu silencio cae a veces y me siento
lejos.
Prefería una llamada firme
a tu miedo gastado.
Y ahora qué vas a decirme
de lo que no conoces,
hay cumbres más altas
insomnio y verbo carmenamos.
Escapo y siento el vértigo
en tu hueco
me hundo
entre las sábanas,
arranco tus cimientos.
Encontré gravilla seca y por descaro
me bebí de un trago la espera en madrugada.
Setecientos cincuenta y ocho días
a un lado de tu cama.
¿Dónde estaba el hambre?
Nunca supe las reglas,
tal vez, ¿De qué me sirven?
Primero fueron piernas, hoy es carne cruda.
Ayer vendrás a irte.
No soy el arte, me abandonó la brújula.
Tampoco busco el norte pero empiezo
a decantarme por palíndromos sin
fuste.
Ábreme la vida en canal como
en la autopsia
de tu pecho.
Si estoy blanca es porque te quedaste
la rabia y el mar
en un rincón fugaz
al borde de tus besos.
Jódete o ponte de rodillas, ¿Comprendes?
Empiezo aburrirme
y sólo son las 19:00.
Me siento en la cocina, tick tack,
tick tock,
me tomo un vaso de ausencia.
No habrá jamás peor soledad que la de
la silla enfrente.
Akata.
"Tengo la mirada del que no va a volver
el punto aquel de serte fiel hasta el día en
que me marche."
Charly Efe.
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