miércoles, 17 de octubre de 2018

VIEJOS POEMAS, VIEJOS AMORES



FORMA DE MEZCLAR LAS LENGUAS

No me entendías.
Porque cuando yo hablaba
de amor, hablaba de odio
de la sangre rota
de la noche lenta en que tu cuerpo
escama seca
deslizaba su avaricia entre los pasos
de la ciudad que regresaba.
No querías este idioma.

Porque sin proponérmelo
encendía las velas de las curvas
tranquilas de tus huesos,
y hacíamos la pausa
hasta estallar dormidos
en las horas que nos dejaba
el silencio.

Pero nada de poesía.

Era frustrante verte predecir
la música
dormir al raso con los pájaros de azufre
oírte describir en cuatro versos
mil lenguas diferentes.
Pero nada de mis ruidos,
nada de la palabra colocada con exactitud
en la semilla.

Ahora es una pena.
Nos miramos y se abren las
historias,
pero
movemos la boca
y no hay forma
                             de mezclar
                                                      las lenguas.