miércoles, 31 de diciembre de 2014

2014


"No es poesía pero léeme los labios: no hay un sólo verso en que te vayas a quedar eternamente."


DULCE CANCIÓN DE INVIERNO DE 2014


(A mi, que no. A la noche, que tampoco. Pero especialmente a ellos. A todos aquellos que mañana no estarán. Va por vosotros.) 














No he trazado un río sincero entre las flores azules 
de este jardín cerrado.
Es un mar salado 
y una crin de caballo que araña mis pulmones en la noche fría,
en la fría noche de sábanas 
del nuevo mandamiento para este viejo año que termina.

He escrito como Safo, con mujeres en mi alfombra 
que son hombres descubiertos.
Muertos en los nichos, llantos en las caries de las palabras que he gritado.

Yo amé fantasmas; monstruos; crucé silencios cálidos.
Vi tus ojos enjuagados en la tarde a mediodía.
No he sido sincera, 
ni compleja víscera en lo dicho: te maté entre mis retratos.

Tampoco he mencionado aún la verde vereda y sus inmundos soles en la infancia,
los días de tierra en los zapatos
y las aguas turbias de bañera. 
Les debo ahora el spleen nocturno de mi adultez tardía.

Mis promesas de un futuro sin pensamientos de muerte han acabado.

No me vendieron el mundo, no me dieron la espalda, 
no soy el centro de nada, ni de nadie.
No. No sierva, ni siniestra maestra cura-vidas.

Yo he pagado mis pecados como todos los mortales.

No. No fui El Papa, ni los héroes de Marvel que se arrancan la piel por la bondad cruda del hombre.
Yo partí más bien hacia otras costas,
en un mundo donde Mathew  ha visto sangre,
donde el azufre es la patria de lo único posible.

Yo no aparté sombras, yo me bebí litros de licores de forma alfabética
escuchando poéticas absurdas de ricos que venden confeti.
Así en la noche fría, en la fría noche 
me recuerdo los desprecios
del lobo que es el hombre para el hombre.

Me dijeron, también, hablando fino,
que la polla, la siniestra puta
y todos los insultos malnacidos de mi boca 
costarían el hambre a mis pasiones.
Pero la liberación empezó en el verbo,
y maté a Dios con la misma justa forma en que el nos abandonó sin retirar su mano severa 
del hombro que bien soba.

No fui vacilaciones, ni fui el vidrio por el que debías pasar el prisma de los comportamientos ajenos.
A mi, esta pulcritud me da gran asco.

Sin embargo, a veces, me he visto como si me viera:
sola en casa,
tirada en una alfombra manchada de vino y teléfonos cansados,
sonando fuerte Piaf a punto de palmarla en medio de un concierto
y no ha pasado nada. Nada ciertamente.

Me di algo de pena, en serio. No, es serio, a tristes voces me di pena
y entonces pude al fin resucitarme.
Porque no he sido realista, y me he mentido.

Y la verdad
 es que todo el odio que os deseo,
no es más que este mal envenenado que me profeso a mi misma.


Pero os lo cedo, os lo concedo. Os lo regalo.



FELIZ 2015.



lunes, 1 de diciembre de 2014

CÍRCULOS



















¿JUVENTUD VALIENTE?


Yo he nacido de la libertad y el miedo,
de los recuerdos de mis padres, 
de las fotos de los marcos siniestros de mi casa.

Yo he nacido del abrazo silencioso de tus
huellas
cuando decidiste que las tardes
no eran sólo nuestros besos.

Y siento la bilis de un caballo enfermo
dentro de toda nuestra historia.
Se hace tarde el día
a las diez de la mañana.

Yo he nacido de un hambre pregonada
a través de todas las edades.

Aún hay huellas de la histeria colectiva
del eco de ésta simiente 
que plantaron los astutos vengativos;
sin aves, 
con muros y heridas,
sin venas, 
con sangre; 
                   sólo sangre.

Aún hay huellas de la cruenta masacre del invierno
y todos sus guerreros asolados.

Yo nací en una hora mal dormida
entre el nihilismo adolescente y 
la cadencia gris de los rebeldes.
Yo nací de tu boca de carne y 
fisuras, dulzura y olas suaves de viajes
al futuro.

Aún hay ecos de las manos 
que no pudimos apresar.
Aún, a veces, duele el día, la libertad ahoga. 
Corre el miedo.

Diana Forte.

martes, 18 de noviembre de 2014

Vuelvo


-VUELVO-

Pero a veces me cuesta regresar, y allí estoy, frente a ti, mordiéndome las palabras, como un cisne idiota que ha comprendido que siempre deberá mirar al cielo. Y así, me aclaman tus ojos, me devuelven a ese banco del parque en  que me miras ardiendo, contándome tus huidas, deseando que me quede. Pero a veces, y es problema, ando en otras estaciones, e imagino rojos soles cayéndome por la nuca. Amo más las despedidas que ya nunca más serán, que las palabras presentes. La nostalgia se hace un enorme tunel de lobo, y allí me unto (y) borracha con su aliento desgastado.

Pero, sé que, a veces, tu eres capaz de volverme. Y yo prendo entre tus cejas, como el que salta en un sueño, y de pronto comprende que, despierta, la vida duele, pero importa, la vida enseña, es ahora.

Entiendo entonces, allí, en el frío, que son tus dedos calmados los que realmente me hacen libre, y mujer, y ahora. Y, valga la redundancia conjuntiva, es en ese instante, cuando regreso a ti, cuando revuelvo y dulcemente nos besamos.


Akata.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

martes, 4 de noviembre de 2014

"Olvidé la poesía para hablar también de la estupidez." D.F.





-ENCONTRAR UN LUGAR EN EL MUNDO-



Nunca entenderé muy bien esa frase que muchas personas utilizan como si fuese una especie de oración o súplica " Mi mayor anhelo es encontrar mi lugar en el mundo." En serio, ¿Qué diablos quiere decir esto? Porque, si realmente pensamos en el sentido intrínseco de la frase, lo que estamos queriendo decir es que, ansiamos encontrar el motivo por el cual estamos vivos, el motivo por el que hemos sido puestos en La Tierra, la misteriosa fuerza que ha impulsado al cosmos a necesitar de nuestra existencia. Esta frase no es más que otro alimento para dar sentido al vacío de la vida humana. En mi opinión, el ego es el que crea la ilusión de que cada uno pertenece a un plan (divino o no) en el que encaja en el universo. Lo único real que podría atribuirle a esta frase es El Principio de causa y efecto; esto es, como todos sabemos, todas nuestras acciones son causas que repercutirán en la vida de otros desencadenando un efecto. Yo podría modificar tu vida, al igual que tu podrías modificar la mía, pero, ni siquiera esto, determinaría el hecho de que nuestra existencia estaba abocada a llevar acabo esa causalidad. No sé si me explico. No sé.

Pero en definitiva, creo que encontrar "nuestro pequeño o gran lugar en el mundo", no es más que la capacidad que tiene el cuerpo de darse cuenta de que está vivo cuando realiza algo que realmente lo estimula, que realmente lo hace olvidarse del tiempo, que lo invita a creer que haciendo esto o aquello, no morirá nunca.

Aunque esa actividad varíe en el trayecto, desmontando de nuevo la dichosa frasecita.




Akata.





lunes, 3 de noviembre de 2014

LA MEDIOCRIDAD





LA MEDIOCRIDAD


Así que bebí otro trago más, como si la vida estuviese condensada al fondo de esa cerveza caliente, y pensé en el ser inútil y bobalicón que se encontraba sentado a unos cuantos centímetros de mi. Era patético, todo su cuerpo intentaba llamar la atención de la gente del bar. Reía a carcajadas, profería insultos a destiempo mientras derramaba la birra por el suelo; e incluso le pidió el número de teléfono a la chica más llamativa de la barra. "Pobre paleto.-pensé- apuesto a que sabe que es un mediocre sin talento."

Y extraordinariamente, cuando acabé de beberme hasta el último trago de mi tercio, el muchacho se serenó por completo. Tomó su cartera y el paquete de tabaco y se sentó en la esquina más oscura del bar. Allí permaneció durante media hora, inmóvil, terriblemente serio. El mundo se había empeñado en devolverle su propio reflejo, y no hay nada más áspero que la verdad.

De repente, un cosquilleo molesto se plantó en mi lengua y me obligó a eructar. Aquel sonido desagradable me hizo daño en la garganta: ¡Joder!- proferí- ¡Joder, que puto daño!- Seguí vociferando mientras, sin querer, le daba un golpe a la cerveza y la tiraba al suelo. Todos me miraban como si acabasen de descubrir que un mono de circo se había colado en su maravillosa escena de borrachos.

Con el nervio en la piel, me acerqué a la chica de la barra y le pedí un pañuelo para limpiar el estropicio,  pero, la chica, en lugar de desplegar la amabilidad que yo creí apropiada, me miró de arriba abajo y me dijo:¿¡En serio!? ¿Otro triste intentando llamar la atención? ¡Vete a tu casa puto payaso!

Ante aquella situación y al borde de la histeria, no tuve más remedio que buscar un hueco en el sofá, aquel oscuro y desocupado que nadie, estaba convencido, iba escoger. Y con un gesto de la mano me pedí otra cerveza. Ya no me importaba si estaba fría o caliente. Ya no me importaban todos los demás. Quería estar ahí, en silencio, pasando desapercibido, sabiéndome uno más sin importarme en absoluto.



Akata.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

DIEM CARPE


BOYHOOD


La vida se resume en eso, en un sinsentido de millones de miles de sucesos que se enlazan entre sí mientras nosotros, estúpidos y convencidos, continuamos insistentes hacia delante pensando "tiene que haber algo más". Uno siempre piensa que hay algo más, que todos los esfuerzos y las etapas de nuestra existencia están abocadas a ése algo más que esperamos ansiosos cuando finalizamos todo aquello que creíamos deber hacer. Pero no. Qué va. La vida es mucho más sencilla que todo eso, la vida no tiene finalidad alguna salvo ser vivida. Y pese a lo que podría ser una triste afirmación, creo que comprender eso, es lo mejor que puede pasarle a una persona para empezar a disfrutarla. Porque no es un "aprovecha el momento" es más bien un "El momento se aprovecha de ti" Él es el que te envuelve, así que dejemos que lo haga y paremos de mirar "más allá".


Akata.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Y no podrá...



















Y no podrá tu mano recoger mi mano, 
y tu verso recoger mi verso,
y los ojos serán dos luciérnagas
que apagan 
las flores de febrero. 

No traerás el concierto a voz en grito, 
ni la puta cuando sangro 
y ya no duele, 
el verbo que escribía en tus disputas, 
y las horas muertas 
follándome tus "puede". 

No habrá calma que empalme mis deseos, 
ni locura que pueda al fin calmarme. 
Serás otro y siempre fuiste otro, 
seré tuya y nunca tuya, 
como siempre.

Y al fin nos veremos como fuimos, 
tú una canción triste
y yo Chavela, 
tú un ronco vacío entre mis chistes, 
yo la luna menguante entre tus piernas.

Y no seremos nada, y nada será el resto; 
más el polvo parecerá un amor tan vivo 
al rededor de nuestro amor tan muerto...


Akata.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Metáfora del No


"Y miedo —y asco— a estos versos mismos;
versos como los que un grandísimo poeta,[...]
 denominó—en circunstancias que imagino parecidas—
certera y dolorosamente «degenerados»."

Roger Wolfe




Tengo miedo, ¿Qué esperabas? Voy sin freno a todas las esquinas. Espero toparme con algo incandescente. Tengo miedo. Ese es mi dogma. Lo sigo a rajatabla cuando enfrento la vida, cuando salto en el aire, cuando río, cuando estorbo; tengo miedo. Tengo miedo y me acuerdo de él a todas horas, porque él es mi amante, y yo soy su pequeña chica desnuda con sombrero de hongo frente al tocador. Me miro los pechos y pienso que nunca más serán tan firmes, tan tersos. Tengo miedo, sí, ¿Y qué importará eso ahora? ¿Y bueno, qué? ¿Miedo de dónde? ¿Miedo de ti? Miedo del mundo, de no ser suficiente para nada. ¿Miedo?Lo ridículo es no poder hablar desnudo ante alguien, y querer bailar con lobos siendo un ave, y querer cruzar la acera siempre en verde, y esperar que me esperes esperando. Quiero ser lo que soy, monstruo y miseria, arteria y sangre. Fuerza, suspense, tierra y carne. Libertad. Quiero ser sin miedo a no ser nada. Tengo pánico al amor, soy humana a ratos. Quiero lo que no puedo escuchar, y saboreo lo que nunca he masticado. Me recuerda la verdad que habrá algo más. Tengo miedo, como escupió Montero "creciendo hacia lo exacto". Cada vez que canto, cada vez que doy un paso más, tiemblo y sonrío, y pienso, "Bah, ellos deben estar tan aterrados..." Soy el miedo y por eso ya no tengo. Me oculto, me  vivo y también sueño. Soy ser sin él soy sin soy ser,

y tengo miedo. 






Akata.

martes, 26 de agosto de 2014

Rage















Así que así es como se siente.
Cómo, sin saberlo, de ninguna parte a ninguna parte, nace.
Dolorosa, frágil e inamovible, justo en el centro de algo que no existe,
justo en ese punto exacto del pecho que no existe.
Así es como se siente, como una fruncida en un día de sol molesto,
como la sacudida de una extraña cuando choca con tu brazo,
como la fiesta en la que todas las cucarachas bailan vals mucho mejor
de lo que podrías hacerlo tú un día sin vodka.

Así es, y no más, como te recorre el cuerpo y lo perfora suave,
como te acaricia la epidermis y te dice:
¡Esta es la reacción a la desesperanza!
¡A la expectativa! ¡Al miedo eterno al abandono!

Así es como me partes, rabia, como cada palabra cuando escribo,
como cada silencio cuando sangro en mitad de la aurora,
como el lila gris del asfalto de mi calle cuando vuelvo a casa.

De la rabia, del odio, de todos los nombres que tengas,
maldito y estúpido mal chiste. Así es como me sacas de lo mismo,
como me devuelves a la vida y su aburrida tristeza,
así es como se siente el pesimismo y la angustia.
Así es, como uno comenta con el otro, sin apenas darse cuenta,
sin haberlo deseado en absoluto, como se ablanda un corazón.


Diana Forte.

sábado, 9 de agosto de 2014








DECLARACIÓN DE AMOR. PROPIO













                                                                                                                                                        
                                                                                                                                   "Ella siempre quiso ser Alabama."


Eres como Frida Khalo bebiendo, 
se te llena el labio de la espuma efervescente y contemplo tu bigote, 
como contemplaría al trasluz el vello oscuro 
de unas manos que pintan en la sombra. 

Cuando dejas la jarra sobre el borde de la mesa, 
tus hombros 
parecen catedrales sedientas, 
absorben miradas visitantes 
y yo, 
tomando entre mis manos los restos de papel,
dibujo gorriones con vetas rojas 
que prenden fuego a tus huesos señalados. 

Tus dos clavículas siniestras se hacen pájaros. 

Y al reírte, mujer, 
me recuerdas a Chavela hablando de libertad y fumando puros. 
Tu risa es como el humo de un habano tosco y natural. 
Impregnas los pulmones ajenos 
con la fuerza de diez mil mariposas renacidas. 

No puedo dejar de observar tu lengua 
desde esta silla
                                                            viscosa y suave.
Seguro; húmeda y azul: gelatinosa. 

Vargas canta en tu risa mariposas suaves, 
                                                                húmedas, sedientas.

Pero, especialmente me apresa un cosquilleo, cuando veo en ti 
el descaro de Wolfe en las palabras. 
Los improperios y maldichos refranes: 
Serenatas, 
y algún que otro gran `hijo de puta´. 

Entonces, mi estómago se hace fosfatina, se convierte en una piscina 
de ácido sulfúrico
y no aguanto;
quiero besarte
 allí donde acaban tus ardores, 
donde el hombre es un imbécil que camina tras la muerte, 
y el Karma es un cabrito ciego y torpe. 

Un manco peleado con sus dedos. 

Allí es 
donde no resisto tu belleza, 
donde, si me observas demasiado, 
encontrarás a Bukowski, y a Hemingway y a Burroughs 
poniéndose hasta el culo de algún alcohol gastado y venenoso. 

Allí, sí, allí, empachado de mirarte tanto 
sin tocarte, 
de imaginar cómo sera el labio que me corte 
cuando en sueños te imagine siendo un monstruo. 


La peor de todas estas noches es en la que no me arrancas la rutina. 

Tú eres como tú, cuando caminas con ese vestido que no tapa apenas, 
cuando corres al siguiente bar 
                                              y saltas. 
Cuando comes como si el mundo se cayese a cachos. 
Cuando a cachos, te deshaces borracha y entornada, y me susurras al oído: 
"Vámonos a otra parte. A un meridiano."

Tú eres tú, 
cuando me partes en el tímpano con la voz calmada y rota; 
y todos los personajes que ya fueron
se manifiestan en la savia de tus verbos. 

Ahí te encuentro y también te desvaneces, 
como Frida en la tarde, como Vargas en la boca siniestra de la muerte, 
como Wolfe en los atascos, como el Karma mentiroso. 

Ahí la dualidad converge, 
y bebo de ti como lo haría Burroughs, y Hemingway y Bukowski, 
con la certeza de no hallar más salida a la vida en este mundo
que todas las palabras, 
el instante que ya se está acabando, 

y esa boca. 




Akata.

miércoles, 30 de julio de 2014

Entre tú y yo siempre mi ego


 RETALES




"Escribo porque cuando escribo miento, y cuando miento digo la verdad. Y todo lo que vales me lo gasto, y todo lo que soy yo ya está muerto. Vinimos a follarnos y acabamos discutiendo sobre el ron y los excesos. Andando en llamas como un perro, en la cama como un beso mal dormido después del desastre, la resaca. Nos dimos la enhorabuena por cagarla a pachas, en tu pecho espero un verso que no muera, una quimera sin terribles confesiones a deshora. Yo no se escribir historias y por eso cojo historias de los otros juntando retales. No sé por qué me buscas, medito en los bares, vomito sin sales, ni arcoiris, tengo claro que la bilis es más dulce que tu "Sí". Hablando aquí y ahora, el agujero, la espera, la encerrona. Llorando, vuestro Dios no llora, llorando en la camisa las palabras "No hay nada detrás." Que hay que parecer más fuerte, que hay que fingir una coraza, eso dicen que hacen los valientes. A la mierda las proezas y a la mierda nuestros putos héroes. Yo soy vulnerable porque así es como me crezco. Te vi bebiendo entre las sombras de las cosas que no dije y enloquezco. Una realidad hecha verbo: yo "joder" infinitivo y tu "Jodernos".



Akata y otros.

domingo, 20 de julio de 2014

Un error prematuro

¿Y QUÉ IMPORTABA SER POETA O SER BASURA?


¿Dónde está la rabia? La he perdido, seguro. No sé si en alguno de los bolsillos del pantalón de hace unas horas, o si sigue aquí dentro y no tiene ganas de despertarse. Ya no es tan temprano como antes. 

Ya no hay tantos motivos para cabrearse. Supongo que ya no hay tantas personas que merezcan un buen enfado.  ¿Dónde está la rabia, joder? Eso que algunos llaman la musa, eso que me ahogaba en un mar de hielo o en una llama ardiente y viva. Eso que, sin yo quererlo, me hacía gritar más fuerte de dolor. ¿Dónde está?

Porque camino últimamente las aceras viejas que me decían: Salta. Todas las primeras veces que lloré. Buceo en la memoria para encontrar un atisbo del instante, para compilar mis huecos y poderlos calcar, y no me hallo. El pasado no me sirve como muelle de nada. Los de ahora no me sirven como huellas de nadie. Las palabras significan, pero sólo en otra parte. Aquí no, en mi no, en mi nunca ahora. 


¿Dónde está la perra que me miraba en la oscuridad de mi cuarto? ¿La que encendía la luz de la mesita, la que vertía sobre mi sueños de carne y me obligaba a levantar los párpados cuando la pena no podía ya más, cuando no podía más calarme las putadas? Mi rabia estaba en todas partes, en todos los rincones del planeta. Miraba a la luna y la entendía. Escuchaba el canto de los ojos de océano con hambre, tocaba una mano y escribía un verso. Pero ahora, ¿Qué demonios ha pasado? ¿Estoy  tan muerta que nadie me despierta aún con los brazos en alto? ¿Dónde está el rechinar de la histeria, la bacteria del domingo por la tarde? ¿Qué ha sido de la euforia de querer a alguien? ¿Qué ha sido de todo aquello por lo que merecía la vena escribir? 

El invierno me hace cicatriz. Las grietas de mis labios son la tregua. El invierno ha escarchado mi matiz: entre ser nada con nombre y ser poeta.



Akata.

sábado, 12 de julio de 2014

Pain is an Illusion

Toda ilusión es pasajera, ¿Pero cómo no serlo si en el auge de la misma ya se ha desvanecido? Tan efímera como un beso no correspondido, y tan cortante como un cuchillo de la calle. La ilusión sólo sirve para un golpe. Luego vuelve a ti. Luego vuelves a ti y lo peor es que ahí sigues, tan vivo como siempre, tan muerto como siempre, tan tú, tan igual. La ilusión no ha modificado un ápice de ti mismo. Simplemente eres lo que ya eras pero más cansado, con más músculo en el tedio y la tristeza. La ilusión ahorca por que asfixia siempre, hasta que sale corriendo y ahí te deja. Y ahí te quedas. Siempre. ¿De qué sirve la expectación, la expectativa? ¿Para qué? 




Niégate un mundo, háblame un segundo, dime que aún hay algo. Y luego, simplemente, márchate; tenemos cosas que hacer yo y la ausencia.




Akata.


sábado, 28 de junio de 2014

Antesalas de todo



"Yo que apuré el asfalto, todo el viento del mundo reteniéndome. De qué sirve el amor, qué extraña esencia nutre su llegada, para que se convierta en una espera, en una melodía. [...]
Qué luz viene de ti que me enceguece. No puedo darte la felicidad sino su anverso. Voy a decir amor trazo de sombra y no te marches. 







El miedo es un planeta absurdo y cierto."


 Fragmentos de una poesía de Odette Alonso.




https://www.youtube.com/watch?v=Rx-L8hxrJlg

domingo, 22 de junio de 2014

De las formas de describir un qué


·No como algo enfermizo y loco. No estoy pensando en ti como en las cosas pasajeras, con la urgencia que apremia sólo lo deseado. Te estoy encontrando en las páginas de los libros que se me ha olvidado mojar en la piscina. Lento, relamido, sonriendo. Así apareces ahora, así me guío por los entramados de tu recuerdo. Ya no busco saciar el vacío de mi hambre acompañada, no voy corriendo a ti como al perder un autobús. Te encuentro en mi cabeza sentado, pensativo, como si hoy fuese Dublín y el Stephen Green tuviese un sol amarillo hecho de la calidez de un paseo de Roquentin. Así me doy cuenta de que no eres la comida loca de las seis de la mañana de un día de borrachera. -No algo liviano y transparente.- Eres el sueño reparador de después, y su dulce y a la par extraño embotamiento mental por la resaca.




Akata.

jueves, 19 de junio de 2014

Revivir no se repite

Dos poemas de E. E. Cummings sublimes, y  uno mío para no perder el ritmo.


95P: 19

In (abeja) mó

vi
l(en) es
tás (l
a) tú (s
ola)

dor (rosa) mida.

E. E Cummings




ahora (amor) todos los dedos de este árbol tienen
manos, y todas las manos tienen gente; y
cada persona está (mi amor) más viva
de lo que podrían entender todos los mundos

y ahora eres y soy ahora y somos
un misterio que nunca más volverá a suceder,
un milagro que nunca antes había sucedido—
y este brillante ahora debe volverse entonces

nuestro entonces será alguna oscuridad en la que no
tengan manos los dedos; y no te tenga
yo a ti: y todos los árboles sean (cualquiera más
sin hojas que cada uno) su parasiempre nieve
silenciosa

—pero nunca tengas miedo (mía, hermosa,
en flor) porque el entonces es también un hasta


E.E. Cummings



TOSTADAS FRÍAS 

Porque nunca me invitas a un baile,
y yo en lo oscuro del cuarto 
creo espirales con los dedos
para fingir que, 
llegado el momento,
seré 
el cisne negro 
                        que prometí que besarías.

Porque nunca cocinas en mis ojos 
los huevos del desayuno
con su rica línea de caricias, con su lengua suave
sobre el hombro;
y yo, en las sartenes 
dibujo venas turbias con el aceite de mis lágrimas 
para tus huesos fuertes,
para que
               cuando decidas que el hambre te persigue,
puedas abarcar 
también 

mis soledades.

Porque nunca - ¿O sí, la lluvia?- caminamos en la noche
cuando las flores blancas se despiertan
y el olor a verano 
moja el lomo 
de todas nuestras palabras 
con vísperas calientes. 
Y yo,
que camino kilómetros, 
ríos, 
ando rocas enormes de locura

sola

para encontrar el modo
de llegar hasta el camino
para quedarme-donde sea que tu mano-
como un aguijón 
                           tome la mía;

Bailo 
en la risa 
y como huevos 
en el suelo de la mesa
y lluevo junto a ti 
los versos que crean

los silencios. 


Y así, ocurren 
al fin 

las cosas que nunca sucedieron.


Akata


domingo, 1 de junio de 2014

She´s wrong, she is not



-EN EL HONORABLE TIEMPO HACIA EL VACÍO-


Esta es la conversación de dos personas que se encuentran en un día de lluvia en un lugar donde no suele llover nunca. Esta es la conversación sobre el invierno en una ciudad donde siempre hay sol, y es un sol vil y detestable. Ella mira las gotas de lluvia como si las gotas de lluvia no fueran más que una prolongación de su tristeza y hubieran decidido caer de otro lugar hasta sus ojos. A ella la lluvia no le sorprende en absoluto. Toma con sus manos el abrigo marrón y envuelve el cuello en el cuello del abrigo. Un segundo después vuelve su cara hacia el extraño que la mira. Está esperando las palabras.

Él, por su parte, siente frío, un frío horrible que le está arañando los dedos de los pies entre los calcetines. Ha salido con ropa de verano porque en esa ciudad siempre el calor es enfermizo y constante. Y ahora tiene las pantorrillas mojadas y un barco hundido en los zapatos. Tiembla, y ya no sabe si es el frío real del día gris de verano, o que ella le mira como si no le conociera, como si estuviese esperando esas palabras. Él tiene que hablar, el desea hablar, pero se calla, simplemente espera. Se abandona a la lluvia y la humedad de toda su piel congelada. La conversación no llega aún, aún no llega.

Un hombre pasa junto a ellos sosteniendo un vaso de whisky que habrá robado de algún bar poco caro, y sin importarle lo más mínimo, se queda entre ellos dos, mirando como un idiota sin ver nada. Las enjutas piernecitas del señor se van tambaleando por el efecto de la droga. Ella le echa un largo vistazo y sonríe. Ha visto algo que él no ha visto. Es el momento. Ahora. Ahora. Pregunta.

-¿Qué?
  • Nada.
  • No, en serio, ¿Qué?
  • Está borracho.
  • ¿Ya no recuerdas lo que era ponerse borracho?.-  Él masca cada palabra dulcemente.
  • Recuerdo lo que era verte borracho. - Afirma ella y el enrojece.
  • Vaya. Comparaciones con viejos acabados.
  • El borracho siempre parece un ser acabado. Se ríe mucho, se mueve mucho, tiembla demasiado, y habla aún más. Siempre parece que fuese a caer por un abismo irremediable y lo supiese, y estuviese constantemente lidiando con la muerte en ese acantilado y las pocas ganas de vivir que le quedasen para poder beber un poco más.
  • El borracho sólo es alguien que se aburre.
  • Tú te aburrías mucho conmigo, entonces.
  • No. Yo me aburría cuando tu no estabas.
  • Por eso siempre abrías la puerta y tiritabas hasta la cocina, ¿no?
  • Hasta que te veía de nuevo. Siempre en la cocina, a las tantas de la madrugada.

Ella fue a interrumpirle, pero el habló.

  • Tomando tostadas a las tantas de la madrugada. Tostadas negras que sabían a mal cáncer. Y un vaso de zumo.
  • Y un vaso de zumo con miel.
  • Eso. Con miel. Y yo llegaba de emborracharme con los chicos, y todo el cuerpo me convulsionaba y la barriga se me metía hacia dentro como un globo desinflándose hasta que te veía ahí. Con la luz del extractor de humo marcándote los rasgos de la cara.
  • Era extraño.
  • Era hermoso. Ese es mi recuerdo preferido de ti. Llegar borracho y olvidar que lo estaba en cuanto te veía. Estar borracho es estar aburrido. Por eso yo veía tu rostro y recobraba la compostura. Sabía que la fiesta empezaba en la extensión de tus dedos agarrando el plato hasta tu hombro desnudo. Eso me paralizaba.
  • Ya no tengo cocina.- Dijo ella seca y decidida.
  • Yo tampoco tengo piso al que entrar de madrugada.- Carraspeó él.- ¿Y dónde comes ahora?
  • En los bares, en los centros comerciales. En las confiterías.
  • ¿Por qué? ¿Ya no vives con Marga?
  • Vivo con Marga. Vivimos en el piso de su tía. El que nunca arreglamos. Pero es lo mismo que estar sola. Así que salgo a comer fuera de casa y así olvido que mi vida es como las otras. Finjo que tengo algo por lo que salir, y espero.
  • ¿Ha dado resultado alguna vez?
  • Hoy es la primera.
  • ¿Por qué?.- él ya sabía la respuesta.
  • Porque has llegado tú. Y es la primera vez que llega alguien, o algo.
  • ¿Y ahora?
  • Ahora dejaré de comer en los bares, en los centros comerciales. En las confiterías...

él sonrió aliviado.

  • ¿Eso es que me perdonas?
  • Eso es que se cerró el círculo y ya no hay nada que perdonar. Ya no importará volver a casa y que no aparezcas borrachísimo tras la puerta. O que grites en las mañanas o que despiertes con ganas de tener sexo. Te he visto. Llovía. Hemos tenido esta conversación absurda que nos merecíamos, aun habiendo hablado de cosas banales. Ya puedo dejar de esperar.
  • ¿Y si ahora soy yo el que está esperando algo?.- La lluvia arreció y las gotas sucias les borraron las caras.
  • Bueno, ese ya no es mi problema.


Esta es la conversación de dos personas que se olvidan en un día de lluvia en un lugar donde no llovía nunca. Esta es la conversación sobre como las mariposas cambian los colores bajo el agua y se perdonan. Y de cómo los tigres también pueden llorar sin arrugarse. Esta es la historia de un final o de un principio para dos extraños que se quisieron demasiado mal y demasiado. La historia de todos los desconocidos que alguna vez se conocieron.  




Akata.

sábado, 24 de mayo de 2014

Voy a volverlo a hacer















¿Y sabes? Me he vuelto mil veces contra mi, y esta es una de ellas.
Lo sé perfectamente, reconozco una crisis cuando la veo.
 Y ahora mismo sólo deseo comer y beber para hacerme sentir como una mierda.
Porque estoy pidiendo amor a gritos, joder. Se que estoy sufriendo 
la puta ansiedad porque deseo con prisa que alguien me quiera
para olvidar que yo puedo hacérmelo mejor, que yo puedo ser la
dueña de todas mis putas causas. Y, ahora, me cuesta volver atrás,
decir que no, rezar un rato con los ojos cerrados -a ver si por fin creyese en Dios-
y, por supuesto, me cuesta abrir los putos párpados y no ir
corriendo a por una botella de Whisky para prenderme fuego y despertar
besando a otro tío con sabor a ceniza y coño de rubia.


Akata.

viernes, 9 de mayo de 2014

Hay felicidad en mi tristeza

Te mojaré como la hierba, porque tu eres invierno, amor, y el frío quema tanto como un labio. Te pido que en la calle no te dobles, que me des la mano fuerte y cortes la sangre, porque mi corazón está loco por la herida, y no sé ya si podría sobrevivir a otro sol desmedido en esta parte. Te diré que no pensé nunca en decirte que vinieras, que nunca pensé que yo me iría a ese lugar donde estás cuando te marchas, y bebo negra la cerveza para celebrarme el daño. 



A veces, te pido húmedo y vibrante, porque sabes que en tus ojos la soledad del árbol ya no crece en hojas; está pelado y sólo; y jodido y triste, te babea el nombre con mis letras. Así es, por aquello es que te quiero descalzo, para que el hielo te cubra como me cubre tu ausencia. Siempre sentiré nostalgia de todos los lugares en que las cejas mezclaron horizonte y sueños. Te mojaré, mi amor, como hizo conmigo la lluvia desastrosa, y entonces, tendrás que regresarme la impaciencia, la certeza de que algún día existirás, para que pueda escribirte estas palabras.


Akata.

martes, 25 de febrero de 2014

Correr el riesgo


Aquella puerta era harto conocida para él. Se preguntaba ahora, con la maceta medio mustia en la mano, cuántas serían las horas que había invertido en imaginar a Irina haciendo sus tareas domésticas dentro de ese cuchitril de la Calle Saint Dennis. La podía acariciar tumbada en el sofá con las piernas abiertas y una lata de cerveza entre sus dedos apunto de caer sobre la alfombra. Era tan distinta y a la vez tan silenciosa como el resto. Una de esas estrellas rojas que desean pasar desapercibidas entre la frialdad de millones de estrellas hermanas pero que, con la imposibilidad propia de lo único, acababa por delatarse y ser vista. Irina, una rusa en mitad de París, la ciudad más fea de Europa, siempre con el cielo encapotado y la gente bizca bajando a toda prisa por las sucias avenidas. Irina, que comentaba durante las cenas no tener familia ni lugar al que volver, estaba cansada de hacer audiciones para obras de teatro de tres al cuarto. Y él, cada vez que agotada volvía a casa por la pequeña acera llena de basura, la esperaba en la esquinita, con la intención de verla entrar y quedarse un rato en el portal oteando su ventana por si, con suerte, conseguía verla sonreír cerca del alfeizar.

Cinco años, y eso nunca había ocurrido. Hasta aquella tarde. Esa tarde en que él venía de la pastelería en la que trabajaba y ella le había llamado para invitarle a tomar una copa de vino. Cinco años. Cinco putos años habían tenido que pasar para todo aquello, para que al fin se sucedieran las circunstancias perfectas.  Ewan miró sus manos tensas sobre la maceta de crisantemos pompón que había comprado a mitad de precio en una floristería clandestina junto al Sena y, acto seguido, obervó el pomo de la puerta, la única línea real que ahora le separaba de aquella perfecta proyección de su anhelo, y sintió miedo, un miedo atroz e irracional, un miedo sibilino que parecía no tener origen. Y antes de darse cuenta, había dado un paso atrás. Fue en ese instante, cuando sin querer, volvió a imaginarla cargando las copas, abriendo la boca, moviendo los dedos alrededor del cristal. Llevando su pelo detrás de la oreja, paseando impaciente, esperándole ausente en pos del sofá. Y dio un paso atrás. Otro más. Otro más. Bajó las escaleras preso de la angustia. Siguió imaginando su cara un domingo, sus besos muy tibios, su sexo viscoso, su aliento de fruta que va a madurar. Y dio un paso más hacia atrás.

Cinco años recreando una escena, llorando de pena en las escaleras de en frente. Cinco años mirando a los otros valientes acompañarla a casa. Y ahora, en la la tarde, en la orilla, en la franja, su sueño moría. "Y si entrase y ella estuviese frustrada. Y si era una loca que hablaba y hablaba y hablaba y hablaba..." "Y si todo era un cuento para no estar sola. Y si era una copa de adiós y ya está." Cinco años de incertidumbre e iban a ser más. Hubo un hálito de valor, un pequeño "Asómate";  luego vino el terror, el silencio, el acento francés de los negros bajando la calle y sus pasos solapados en cada zancada. Irina en la cama, Irina cansada, Irina aún su sueño infinito de mierda. Y en la mente de Ewan una frase inmortal: "¿Por qué nunca podré atravesar la puerta?"


Akata.

lunes, 17 de febrero de 2014

HERO Y LEANDRO




DE LEANDRO Y LA ANGUSTIA

Del fuego de tu mano
al fuego de tus ojos en la noche:
nado.
Oscura misión la de buscarte
en las mareas enfermas de mis días.

Abro los párpados,
alzo la muerte entre la luna dudosa
y la espera de tu abrazo;
y nado.

Nado el Helesponto
como nada un áspero silencio
que desea romperse en tus gemidos.
Vivo atado a una mirada
al otro lado de las olas,
a tu candil sediento y blanco
                                            que es terrible obsesión de mis orillas.


Esta noche recé mis oraciones,
triste Hero.
Hay tormenta, y escribo por que temo.
Te amo,
               y remo

desde el miedo de no verte
hasta los labios puros del encuentro.

Me aterra este viaje medido
en la impaciencia de tocar
                                       o no tocarnos.

No pienses, Hero, que no acabo.

Mis brazos han nacido para oírte,
pero esta noche el mar,
esta noche que no veo el faro
de tus ojos;
trago arena en soledad
con tu recuerdo.

Se que tu luz
está esperando un sueño.
Se que volveremos a abrazarnos
en la sal y el sudor de lo perenne.
Enciéndete tan turbia como siempre,
no dejes de vibrar
hasta el último rayo de sol
                                         de lo único posible.

No me condenes, Hero,
a deshacerme.


Akata.