miércoles, 31 de diciembre de 2014

2014


"No es poesía pero léeme los labios: no hay un sólo verso en que te vayas a quedar eternamente."


DULCE CANCIÓN DE INVIERNO DE 2014


(A mi, que no. A la noche, que tampoco. Pero especialmente a ellos. A todos aquellos que mañana no estarán. Va por vosotros.) 














No he trazado un río sincero entre las flores azules 
de este jardín cerrado.
Es un mar salado 
y una crin de caballo que araña mis pulmones en la noche fría,
en la fría noche de sábanas 
del nuevo mandamiento para este viejo año que termina.

He escrito como Safo, con mujeres en mi alfombra 
que son hombres descubiertos.
Muertos en los nichos, llantos en las caries de las palabras que he gritado.

Yo amé fantasmas; monstruos; crucé silencios cálidos.
Vi tus ojos enjuagados en la tarde a mediodía.
No he sido sincera, 
ni compleja víscera en lo dicho: te maté entre mis retratos.

Tampoco he mencionado aún la verde vereda y sus inmundos soles en la infancia,
los días de tierra en los zapatos
y las aguas turbias de bañera. 
Les debo ahora el spleen nocturno de mi adultez tardía.

Mis promesas de un futuro sin pensamientos de muerte han acabado.

No me vendieron el mundo, no me dieron la espalda, 
no soy el centro de nada, ni de nadie.
No. No sierva, ni siniestra maestra cura-vidas.

Yo he pagado mis pecados como todos los mortales.

No. No fui El Papa, ni los héroes de Marvel que se arrancan la piel por la bondad cruda del hombre.
Yo partí más bien hacia otras costas,
en un mundo donde Mathew  ha visto sangre,
donde el azufre es la patria de lo único posible.

Yo no aparté sombras, yo me bebí litros de licores de forma alfabética
escuchando poéticas absurdas de ricos que venden confeti.
Así en la noche fría, en la fría noche 
me recuerdo los desprecios
del lobo que es el hombre para el hombre.

Me dijeron, también, hablando fino,
que la polla, la siniestra puta
y todos los insultos malnacidos de mi boca 
costarían el hambre a mis pasiones.
Pero la liberación empezó en el verbo,
y maté a Dios con la misma justa forma en que el nos abandonó sin retirar su mano severa 
del hombro que bien soba.

No fui vacilaciones, ni fui el vidrio por el que debías pasar el prisma de los comportamientos ajenos.
A mi, esta pulcritud me da gran asco.

Sin embargo, a veces, me he visto como si me viera:
sola en casa,
tirada en una alfombra manchada de vino y teléfonos cansados,
sonando fuerte Piaf a punto de palmarla en medio de un concierto
y no ha pasado nada. Nada ciertamente.

Me di algo de pena, en serio. No, es serio, a tristes voces me di pena
y entonces pude al fin resucitarme.
Porque no he sido realista, y me he mentido.

Y la verdad
 es que todo el odio que os deseo,
no es más que este mal envenenado que me profeso a mi misma.


Pero os lo cedo, os lo concedo. Os lo regalo.



FELIZ 2015.



3 comentarios:

  1. Quería decirte que leí tus letras antes de empezar el año.

    Cuando ya empezó, me encaminaba a una fiesta al pie de las montañas, en un gran establo sin caballos "acondicionado" para albergar una fiesta a ritmo de jungle.

    Me reencontré con muchas personas que hacía mucho tiempo que no veía y que me alegraba enormemente de volver a contemplar, pero me baje al otro lado del muro y no supe expresarlo.

    Empecé disfrutando, saboreando con fruición cada segundo de baile fiero y dulce, que me sobrecogía volando los ritmos y las notas, con los párpados brindando con paroxismo la intensidad de mis emociones. Todo me fluía con natural presteza y ánimo estrellado hacia el movimiento, el corazón me latía más rápido y me costaba respirar, pero cuando lo hacía, me hundía sin remedio ni quererlo en la más sosegada e incólume inspiración. Unas lágrimas sin querer, una batalla servida y la soledad crecía y crecía, como una de esas flores que solo florecen cada cincuenta años. Así, llegaba yo a cerrarme cada vez más cuando más abierto salía a expresar cada céntimo de música nocturna de montaña, para regocijo de mi alma abrupta y mis pasos concéntricos. Como las ondas de un estanque cuando irrumpe tu piedra, que se alejan pero saben de donde vienen.
    Me quedé solo bailando como un loco, como un viejo loco veinteañero, queriéndose morir de una vez o vivir un rato más.
    Cuando ya las fuerzas de la euforia envenenada se fueron extinguiendo como estrellas feneciendo, me cansé vaya. Y lo único que me apetecía en este mundo era sentarme en una silla que había en esa puta cuadra y buscar con mi móvil el truco del odio, para leer tu dulce canción de invierno.

    https://www.youtube.com/watch?v=_8aSC0VS3Ws

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    1. He leído varias veces tu comentario, y solo me queda decir: gracias. Por haber dedicado tu tiempo a leer algunas de mis palabras, y por haber recurrido a mi, sea el motivo por el que sea. Siento curiosidad, y con este último comentario me gustaría preguntarte, ¿Nos conocemos en persona? Un saludo Necropolis Ideal.

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    2. You are welcome y gracias, también, pues sea por el motivo que sea me significó leer tus palabras.

      Aun sin razón precisa, hay gestos silentes, que nos salvan.

      Será fácil colmar esa curiosidad. No nos conocemos en persona, hasta donde sé podríamos vivir a gran distancia o al lado mismo.

      Un saludo Fire.

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