martes, 18 de noviembre de 2014

Vuelvo


-VUELVO-

Pero a veces me cuesta regresar, y allí estoy, frente a ti, mordiéndome las palabras, como un cisne idiota que ha comprendido que siempre deberá mirar al cielo. Y así, me aclaman tus ojos, me devuelven a ese banco del parque en  que me miras ardiendo, contándome tus huidas, deseando que me quede. Pero a veces, y es problema, ando en otras estaciones, e imagino rojos soles cayéndome por la nuca. Amo más las despedidas que ya nunca más serán, que las palabras presentes. La nostalgia se hace un enorme tunel de lobo, y allí me unto (y) borracha con su aliento desgastado.

Pero, sé que, a veces, tu eres capaz de volverme. Y yo prendo entre tus cejas, como el que salta en un sueño, y de pronto comprende que, despierta, la vida duele, pero importa, la vida enseña, es ahora.

Entiendo entonces, allí, en el frío, que son tus dedos calmados los que realmente me hacen libre, y mujer, y ahora. Y, valga la redundancia conjuntiva, es en ese instante, cuando regreso a ti, cuando revuelvo y dulcemente nos besamos.


Akata.

1 comentario: