domingo, 16 de septiembre de 2012



Margarita Geraldine


Lo creyeron,
creían que el viento del desierto
iba a dejarnos ciegos.
Estaban tan seguros
de que entraría la arena en nuestros ojos
que ni siquiera se dignaron a reconocer
que eramos un pueblo.
Lo creyeron sin duda,
pensaron que había un gran tanto por ciento
de analfabetos
que no iban a entender de frontera
ni de autodeterminaciones
ni de acuerdos.
Se creyeron sin duda
que iban a vencernos.
Y comenzó la sangre a manchar el desierto
y comenzó una lágrima saharaui
a bajar por las dunas
y a llegar hasta el pueblo.
Y pronto se hizo llanto
y el llanto se hizo hierro
y el hierro se hizo grito
y el grito rompió el cerco
y se volvió batalla
y la batalla hambre
y el hombre se hizo odio
y el odio tapó el miedo
y se volvió metralla
y la metralla muerto
y el muerto campamento
y el campamento niño
y el niño volvió el llanto
para ser nuevo hierro
y grito y batalla y hambre
y odio y metralla y muerto
y Frente Polisario y Pueblo.
Se creyeron sin duda
que iban a vencernos
y ahora, de repente,
les está entrando el miedo.


Fernando Senante

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