martes, 3 de mayo de 2011

Nos encontramos


Era más potente que una droga, como el ácido desgajando la piel,
dejando al descubierto los tendones blancos y relucientes.
Más, mucho más intenso que el orgasmo de una geisha,
o la caída libre desde el puente Millau.
Era como vivir en un constante vaivén de adrenalina,
pasión e idilio. Me pregunto quién cortaría la cuerda,
quién sin avisar nos vendería a un oscuro vacío de desengaños y desesperación.
El martes lo vi, iba con aquella camiseta color crema
que acababa por mancharse siempre en la zona del pecho,
ni siquiera el reloj marcaba las dos del mediodía,
pero nos encontramos.



Akata.

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