viernes, 5 de octubre de 2012

Adentros


Y ahora viene la bilis a llenarme con toda esa fantasía que creé, viene tu semen a llenarme la boca con toda esa fantasía que creé.
Orgulloso cabestrillo que al final acaba ebrio cuando rompe los visillos y escribe el fracaso.
A veces odiar a la musa también me ayudó a sangrarla, también me dolió matarla, 
y verla ahí con los ojos sin brillo pero brillando, brillantes, con el charco espeso apretando su cuerpo endeble por todas partes.
Yo no se no palpitar cuando me duele ahí arriba, no se no cagarla cuando el equilibrio prima. 
Yo no se, y no hay más comas, y si quieres la verdad asómate a otra ventana, 
la mía no es un balcón para tomar el aire.
De nuevo estallándome la piel, apilándome el silencio por los poros, guardando el grito amargo, largo, abierto que me está pidiendo tregua; que me está cortando el alma.“¡Librame de ser eterno!” -Dice. Y yo le digo que ya es tarde, como en todo siempre es tarde. Y el me dice: "Valiente mierda".
Esa expresión ya la oí antes.

Akata

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