lunes, 25 de marzo de 2013

Mi tara




A veces así, 
a veces en tu glande, 
como grandes batallones,
pelotones, cañones secando flandes. 
Matando en cada andén
 a mis retales valientes.
Que soy ceniza porque vino tu silencio a destrozarme,
porque me dijiste tarde
 lo que ya no es suficiente.

¿Y querías que me escribiese un tema enorme?
¿Uno sin sangre? 
Siempre pidiendome
canciones
con putos corazones
que no ladren.

 Siempre con
perros negros
lamiéndome tras la carne.

Camarón y yo,
mi desprecio al uso.
En la terraza de un bar Andaluz, 
bajo la luz de una farola, más no un flexo.
"Si yo pudiera morena, pelirroja, o fuera el sol lo que reflejan tus ojos.
Si yo pudiera decirle de estas cuerdas atrancadas
 lo más sincero, no-escarnio
Diría:
 "Que no me muero,
que por mis muertos
no me muero sin sus labios. 
Así un invierno
me reviente por exceso 
o por fracaso.
Que no me voy sin sus besos." 

Eso, joder, tan sólo eso.

Y fue en el beso de la boca 
que no dio un segundo asalto
donde saltó 
soltó mi mano su cintura,
 y a la llaga
de un verano, 
sus pupilas que brillaban
me mancharon;
Como Luna de domingo,
¡ Ay, poeta,
prometido un frío, la muerte fue cálida!
Así que deja de buscar, 
perra estúpida. 
Deja de hablar de indiferencia
 que me insulta
 y escupe súplica.
Decir
 paso de ti es lo mismo
 qué "Te necesita."
No voy a contar, 
ya sólo escucho.

Nunca he tenido técnica.

Quería hacerte unos versos
 para que en los huesos
que me rujo,
dientes escucharas.
-Que si hago rap 
es porque ni yo soy princesa,
ni tú mi tara.-






Akata.

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