lunes, 1 de junio de 2015



TANGENTES

No te protegeré del mundo,
yo tengo sed también de sorprenderme.
Cuidaré tu llanto y tu figura
en las tardes heridas de domingo.

Pero no haré de mi cuerpo una armadura,
ni tampoco dejaré que vayas
por el lado oculto de la acera.

Quiero que sepas que te aprendí libre
porque yo busco ser pájaro en tus alas.

Jamás seré tu dulce caballera, tu enamorada Polifema
de una sola mirada delirante y obsesiva.
No voy a.
No quiero que me salves.
Solo, firmemente, quédate conmigo.
Aprendámonos tangentes, poderosos,
estudiantes que apenas conocen lo que puede leerse
en una trémula anatomía.

Sabes que no voy a darte mis rodillas
para que las tuyas no sangren;
quiero heridas, mi amor,
te quiero jodido y valiente y no,
                                                            ni de coña,
ni en la sala de espera de una triste oficina,
ni en la cúpula en que viven los idiotas
que se creen superhéroes,

                                             mataré monstruos por ti.

Nunca hará falta.


Diana Forte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario