martes, 22 de diciembre de 2015


SEVILLA TIENE UN COLOR ¿ESPECTRAL?


Diario del día número quince:

 Sé que me lo he inventado porque aquí el tiempo no tiene límites. No puedo dejar de pensar, mientras veo películas y escucho el silencio del lugar en el que me encuentro, que esta va a ser la morada de mi soledad el resto del año. Voy a quedarme aquí para contemplarme todas las noches muerta de miedo y echando de menos todo lo que una vez creí insuficiente. No puedo dejar de pensar " estoy tan lejos de casa. Estoy tan lejos. Tan lejos." Tengo un pánico atroz a olvidar el olor del galán de noche del restaurante que está justo antes de llegar a la puerta de mi hogar, de olvidar el río, mi río feo con palos y suciedad que envolvía las tardes y las hacía poderosas, diferentes al resto de tardes de cualquier parte del mundo. Lo cierto es que no pertenezco a ningún lugar en el que he estado, ni  a ninguna persona en la que he vivido. Pero extraño tanto mi ciudad, los árboles, el frío del invierno y su humedad calándome hasta los huesos... Tengo tanta morriña de los ojos conocidos, de los bares donde he vomitado y he besado y he reído de madrugada cuando ya creía que la noche había dejado de tener sentido... Lo echo de menos todo. Y es tan difícil explicarle a alguien que no eres tú la diferencia entre odiar y sangrar, sufrir y agacharse para recoger los pedazos que nos quedan. Estoy tan alejada de lo que soy, de quién soy y de quién pueda mirarme a los ojos con la intención de descubrirme, que no sé si algún día voy a reventar por dentro y voy a desaparecer sin dejarme ni rastro.

Érase una vez el pasillo más largo de la noche

hasta la puerta harta del círculo blanco del silencio

allí una dama de largos cabellos rojizos y trémulos

Se alza a la espera de un segundo barco.

<<¡No hay barco!>> Gritaba la voz de un marinero desde

el salón profundo y tormentoso.

Érase una vez el miedo en forma de lugar amaestrado

y  sorprendido.

Yo no soy de aquí, es la extrañeza,

vivo de los recuerdos de todo lo que me queda,

de nada

lo que me queda

lo que el silencio clama,

 lo que la lluvia dice que vendrá mañana y no llega.

El sol se ha esfumado, la calle tiene el corazón de otro, pero no lo recuerdo,


y quiero volver a mi hogar, 

a ver la risa de mis padres, 

el llanto de mis sueños,

Quiero volver a sentirlo todo.



Diana Forte.

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