domingo, 17 de marzo de 2013



¿Y QUÉ SI SOY POETA?



No se si soy poeta, pero de seguro hay poesía en todo lo que hago. Intento a veces alejarme de ella porque me hace daño, pero se resisten mis articulaciones y cuando hablo,
todos los versos brotan de mis palmas como si fuesen pájaros.

Llamarme a mi misma, que ya tengo nombre, un nombre cualquiera, poeta, es decir que el aire en ocasiones se doblega a mis espasmos, es decir demasiado.
Que el vino en mi lengua crea hondas de brea y escupen tinta a borbotones.
Soy poeta en tanto que unos ojos me acaricien,
o un latido se atragante.
Soy poeta pero no soy nadie.

No soy nadie.

Arde- lo siento- irrefrenable cada imagen en mi retina al borde del derrumbe.
Berlín en todas estas ruinas.
Y pienso en rimas cuando camino por las calles,
o cuando llueve.
Entonces, pienso en la lluvia como alfileres de indómita musa
golpeándome tan fuerte.

Tan fuerte.

No soy poeta, ¿y qué si lo fuera?
Si lo fuera el sol quizá,
en ocasiones de rodillas me pediría nanas tibias
para aliviar sus noches.

Narrarle El principíto para sentir calor, que yo se que está muy frío aunque ande en llamas.
Y si fuese poeta, tal vez en los bares alguien dejase de gemir
y brindar por la muerte.
“Arréglate un poco, ¿quieres? , hoy vamos a huir como se merece.”
Otra birra, y otra y otra.
Hasta ausentarse.

Y que no duelan las palabras, que no duelan ya nunca, pues el poeta agarra,
el poeta asume que es un constructor, un bruto destructor de metales.

Un arquitecto desautomatizador.

Alcanzo en sueños a delirar poemas que nunca escribo,
como espirales dentro del Tipi.
Y en todos los pasos una frase acude a mis dientes de lobo.
Me regalo momentos para poder aniquilarlos,
¿No es eso hacer poesía?
Si yo duermo,
¿no duerme acaso el mundo tan sólo un instante?
Si fuese poeta lo sabría,
porque todos los poetas pueden parar el tiempo.
Hacen con él un gran nudo y lo sacuden a su antojo.


Asumen inmortalidad.

Son como dioses.

Dan forma a los gránulos que llamamos presente,
 incluso los cambian para que el resto de mortales podamos encontrarnos en ellos.

Son magos deformes.

Mi tacto habla dialectos que desconozco.
Lo juro.
Eso si que se que es cierto.
Poso los dedos en las paredes y en los grandes espejos que me devuelven al monstruo
y hablo idiomas extraños.
¿Saldrán de dónde nadie ha estado?
Palpo prosa en los gorjeos de la señora en el autobús,
y a veces intento imaginar como serían los besos de un hombre sin nombre.
En los semáforos exijo vidas a los que se cruzan conmigo.
Marco sus pasos,
les hago reyes
o importantes juglares
de su existencia.

¿Y qué si soy poeta?

Hay cosas muchísimo peores.

¿Verdad?






Akata.

jueves, 14 de marzo de 2013



"Lo poco que sé de la vida está en los libros que nunca leo. Lo poco que sé de la vida está en las líneas que no escribí. Lo poco que sé de la vida se cuenta tomando un café, se entiende tomando una copa y se olvida tomando dos.

Que nadie se me emocione ni albergue falsas esperanzas, porque con lo poco que sé de la vida, a duras penas se llena un corazón, por pequeño que sea. Sí, hermano, va por vos.

Empiezo por lo que sé con toda seguridad. Sé que, con suerte, te vas a morir una vez. Así que procura no morirte más veces por el camino. No hay nada peor que esa gente que se va muriendo antes de morirse del todo. Para evitarlo, te regalo un método infalible. Mientras tú vayas decidiendo, todo está bien. El día que dejes de decidir, ese día, cuidado, porque la habrás palmado un poco.

Ten siempre más proyectos que recuerdos, es la única forma que conozco de mantenerse joven. Olvídate de la patraña esa de ser feliz, ya te puedes dar con un canto en los dientes si llegas a ser el único dueño de tus propias expectativas.

Que hay que dedicarse a algo de lo que jamás te quieras jubilar. Por mucho que te cueste pagar las facturas. Por mucho que en las reuniones de antiguos alumnos te miren mal. Es mejor dedicarse toda una vida a algo que te divierte pese a no llegar a fin de mes, que pasarte un solo día trabajando únicamente por dinero.

Entre lo poco que sé de la vida, también te diré que nada de todo esto vale la pena sin alguien que te haga ser incoherente. Ni flores, ni velas, ni luz de luna. Ése es el verdadero romanticismo. Alguien que llegue, te empuje a hacer cosas de las que jamás te creíste capaz y que arrase de un plumazo con tus principios, tus valores, tus yo nunca, tus yo qué va.

Ojalá ames mucho y muy bueno, incluso a riesgo de ser correspondido. Que te despojen de todo, que hagan jirones de tus ganas y que te veas obligado a remendarlas con el hilo de cualquier otra ilusión. Que desees y seas deseado, que se frustren todas tus esperanzas y que acabes descubriendo que la única forma de recobrar el primer amor, que es el propio, es en brazos ajenos.

Dos emociones inútiles asociadas al pasado, arrepentimiento y culpa, y una emoción inútil asociada al futuro, la preocupación. Cuanto antes te desprendas de las tres, antes empezarás a apreciar lo único que tienes.

Qué más. Ah sí. Sé que al menos un amigo te va a traicionar, otro será traicionado por ti, y que te pongas como te pongas, los que no hayas hecho antes de los 30, ya jamás pasarán de buenos conocidos. Cuenta sólo con los tres principales, porque a partir de ahí, todo es mentira.

Para terminar, y hablando del tema, déjame que te presente a tu mejor enemigo. Se llama miedo. Quédate con su cara, porque va a estar jodiéndote de ahora en adelante. Miedo al fracaso. Miedo al qué dirán. Miedo a perder lo que tienes. Miedo a conseguirlo. Miedo a saber poco de la vida. Miedo a tener razón."

Rompo el silencio con este escrito del que desconozco el autor. Disfrutadlo.


jueves, 21 de febrero de 2013

La Musa se suicida

Lo de La Musa es como lo de Dios.
Necesitamos algo o a alguien
para justificar y cargar



                                 

                                             nuestros fracasos.



Akata.



lunes, 11 de febrero de 2013

Fotografía: Bárbara Bezina.


" Quizá creas que debería haberme arrepentido de lo dicho, sonreír y haber dicho: lo siento, bromeaba. Eso es porque en tú época la palabra hablada no tiene poder, de ahí vuestra obsesión con las grabaciones y los registros escritos. Para nosotros la palabra hablada no era sólo real, sino que creaba realidad. No podía desdecir lo que había dicho, como tampoco podía tapar una fisura en la tierra o devolver al caldero el contenido derramado. Estaba horrorizada por el horror potencial que  había invocado."


E. Cunningham

viernes, 8 de febrero de 2013

Fantasmas


Una mezcla entre poesía y barra de bar.
Entre un ruego y un lloro.

Dios era un fantasma y le rezaba.
Dios, que lleva en si mismo todas las letras de una ausencia.

Borracha, drogada, 
mirando a mi alrededor a esos enamorados
que estaban perdiendo el mundo
encontrándose encerrados en si mismos.

Y yo era el abismo. 

Eco.

Ahora si.

Lo supe cuando el Padre bendijo mi comida agusanada.
Era él el fantasma y dijo Adiós 
dando un portazo entre las ganas de huir y las ganas de 
seguir bebiendo hasta matarse.

Rezaba en una barra de bar
con la poesía malcriada
y el veneno del imploro.

Había tenido que recurrir a los muertos.

Por eso Dios, turbio sorbió el mejor whisky
de la noche: "Vámonos a follar y engañemos a la vida."

El también sabía a qué sabían los orgasmos.

Dios era un fantasma. El mío. 
Y yo lloraba implorando 
más veneno.



Akata.





martes, 5 de febrero de 2013

¡Devuélvanle al Jorobado su chepa!




Ya, ahora dirás que no quisiste joderme la vida,
pero he visto lo que haces detrás de todas las canciones.


Cortas.

Vomitas.             

             Me visitas.

Me obligo al Tara-reo por miedo a la asfixia.
Me asfixio en los títulos sin nombre.


Que te joden las despedidas. 
Vaya.
Que te joden,

             Dices;


Como el que de repente ha superado 

el miedo a la muerte,
Como el que refriega un helado por la cara                 
                                                               a un vagabundo.


Ya, pero sabes que es verdad.


Que esta vez soy 

un pez ciego
obligado a volver atrás 
cada vez que oiga un acorde.




Y no querías joderme. 

No.

No querías joderme...








Akata.

lunes, 4 de febrero de 2013

Atrévete



ATRÉVETE

- Sólo es cuestión de tiempo. Un día te despertarás, tal vez en otra ciudad, en otra nueva esquina y, al girarla o cruzar la calle, con la nieve o el frío, allí estará ese tío cualquiera del que te enamorarás locamente, como una colegiala virgen.
Sólo es cuestión de tiempo y circunstancias. Murcia, ahora, con sus 25º en Febrero, se queda tan pequeña para ti como un garbanzo a remojo por la corriente de un río.

Me olvidarás, Chica. Yo seré la historia puente, el recuerdo que te asediará con lágrimas de alegría por haberte regalado el camino hasta tu destino.

Y no, no te culpo, ni me estoy lamentando por eso, creeme, es más bien al contrario. Creo que ahora soy un poco más afortunado por haberte conocido. Y tú también eres mejor persona desde que me conociste.

Es sólo que, en mi interior, siempre tendré la incerteza de si estuviste conmigo. De verdad. Si por pequeños espacios de tiempo vivimos al segundo. Al mismo segundo. Siempre me quedará esa duda de si tu estuviste allí conmigo viendo a la puta Casiopea escupir fuego mientras nos reíamos.

- A ver, ¿qué coño es esto? Os habéis montado una película perfecta sobre lo perfecta que ha de ser mi vida, o sobre lo imperfecta que es pero lo hermosa que parece en su caos derruido.
No, no voy a girar una esquina nueva y voy a encontrar unos ojos oscuros que me salven del infierno. No. No busco la felicidad, hace ya mucho que no busco nada. El tormento se ha convertido en la paz que me alimenta. Ya no se levantarme una mañana sin pelear. No se. Y creo que el día en que despierte en una calma real me volveré loca.
No especuléis sobre el amor de mi jodida existencia. Por que eso, para empezar, no existe.
Y no, para mi no hay personas puente, aunque hay estúpidos que se empeñan en pasar por encima de personas porque creen que necesitan cruzar a otra orilla en busca de algo mejor. Imbéciles.
Ni siquiera saben qué significa para ellos "algo mejor". Y los pocos que lo saben parecen condenados a no encontrarlo.

Cada minuto de mi vida, cada insignificante palabra fue verdad. Yo siempre hago teatro, eso puedes intuirlo, pero cuando encadeno las palabras al aliento, no hay ni un sólo sonido que no pueda llamarse verdadero.

Yo he estado ahí incluso cuando no me veías. Perenne, con tu mano, con tu abrazo, con la sonrisa en esta ciudad de sudor y páginas marcadas. Cada segundo que me miraste fue un segundo en que se me olvidó gritar de ira.
Creció mi alma en todas las pisadas. Así que no me insultes, no vuelvas a pensar que yo me fui a cualquier otra parte sin vivir este cacho de mi misma espalda con espalda. No te atrevas a volver a decir algo así.

Yo lo se. Este no es mi lugar. Ya. Hay algo poderoso ahí afuera que al fin me está llamando.
Pero jamás se me ocurriría negar el presente. Aún me queda demasiado que explorar y explotar en esta mierda de ciudad que huele a asfalto mojado. Así que no grapes más tu lengua a mi futuro, que si que es incierto. Y sigue riendo conmigo, junto al fuego, en el fuego, donde quieras. Pero sigue riendo e insultando conmigo a Casiopea. La realidad no es más que una sensación.



Igual que esto. Igual que todo lo demás.







Akata.