martes, 18 de junio de 2013

Viginti Tres















Se gestan todas las palabras
si en la garganta suena
una lluvia semiviva.

Nunca he faltado a la cita de los lunes,
nunca te he dicho que esos lunes
siempre faltaban
más palabras.

Y, sin embargo, escribo como otros,
con temas que se agravan con el tiempo:
Recuerdo, Amor, Muerte o Distancia.
Nada de eso me atañe en este plato con carbón
y olor a violetas.

¿No soy yo la misma que vosotros, la que exclama?
¿La que bebió el amor y se hizo muda?
¿No he tenido yo sonrisa
y atardecer en una calle?

¿Y no lloré la muerte entre mantas de plata?

¿Acaso es que no fuisteis jóvenes un día?
¿He de recordar yo
que en la lengua hay secretos de carne?
Habéis alimentado vuestra sangre
con la pleitesía de unas vidriosas aguas.

Pero he ahí el tren -acabo rápido-
te espera en la orilla del Mar negro.
Y yo te escribo cartas
con agujas de grafito.
La distancia es lo mismo en todos
vuestros huesos.

Así que sí, poetisa o poetastra,
cama o lecho,
¿Qué importará eso ahora?
¿No hemos vivido de alguna forma
una estrategia,
un paliativo para la diferencia nula de sentirnos?

Todos los temas en el hombre son el mismo:
la vida, esfera granate, el recorrido.


Akata.

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