jueves, 28 de junio de 2012


- De pequeño soñaba con que podía volar- le dijo-. Pero cuando despertaba no era así...O eso decía el maestre. Pero ¿y si mentía?

A Victarion le llegó el olor del mar a través de la ventana abierta, aunque la habitación apestaba a vino, sangre y sexo. El frescor del aire salado lo ayudó a despejarse.


-¿Qué quieres decir?

Euron se volvió hacia él con los magullados labios azules curvados en un atisbo de sonrisa.

-Tal vez podamos volar. Todos.¿Cómo lo sabremos si no saltamos de una torre muy alta?-El viento entraba a ráfagas  por la ventana y le agitaba la capa de marta. Su desnudez tenía algo de obsceno, de turbador-. Nadie sabe que puede hacer de verdad a menos que se atreva a saltar.


-Ahí tienes una ventana. Salta.- Victarion no tenía paciencia  para aquello. La herida de la mano le dolía cada vez más-. ¿Qué quieres?
-El mundo.[...]

Festín de cuervos, G.R.R. Martín

No hay comentarios:

Publicar un comentario