jueves, 7 de junio de 2012




"Todo lo que había dentro ha muerto, y lo que había fuera. 
Todo es sin ser nada, y existe porque si, sin un sustento.
 Lloro porque el pecho no revienta, o porque llora la ausencia de colmarse, 
lloro y no lloro  por lo que no está en su lugar, por lo que ni nació ni ha extinguido, 
sino un vapor que no significa.
¿Se explica este vacío? No se puede explicar un hueco mudo, un sordo grito de nada. 

¿Pero, quién dijo que la nada no era nada, que la nada no dolía?
Aquí no se si alguien lo advierte, pero tengo una musaraña en las costillas. 
No hay vaso, ni risa que me calme este hambre, el agujero del estómago que se extiende a la mente, 
que reparte su olvido como un relámpago en la noche.
Si hubo un yo enano: calcinado.
Si hubo un elfo sabio: trozo y trizas.
Nada es lo que siento, 
un Horror vacui sucio, ¡sucio!, oscuro y muy enfermo.
Me experimento triste por eso,
y por eso mismo, busco en el recuerdo de los que, un día,
 me hicieron sentir viva, 
de los que me tocaron las entrañas con los besos.
No queda nada que llevarse adentro, ni la cuchara de palo, ni el jarabe con saliva, 
nada como hace ya algún tiempo;
buscando en sus buzones mi postal herida. 
Por eso me merezco, por eso estoy tan sóla con los huesos.
Por eso, me acompaña una foto de como se hacía el amor, cuando el amor era mucho más que sexo.
Todo lo que había dentro, dentro: ha muerto;
ni nació, ni ha extinguido,
otrora estrella joven en el centro."

Akata


[...]Vuelvo a verte, moreno entre la gente, tan guapo como siempre, 
                           pero ahora en los hoteles muerdo otra ropa interior.

Andrés Suarez

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