miércoles, 17 de septiembre de 2014

DIEM CARPE


BOYHOOD


La vida se resume en eso, en un sinsentido de millones de miles de sucesos que se enlazan entre sí mientras nosotros, estúpidos y convencidos, continuamos insistentes hacia delante pensando "tiene que haber algo más". Uno siempre piensa que hay algo más, que todos los esfuerzos y las etapas de nuestra existencia están abocadas a ése algo más que esperamos ansiosos cuando finalizamos todo aquello que creíamos deber hacer. Pero no. Qué va. La vida es mucho más sencilla que todo eso, la vida no tiene finalidad alguna salvo ser vivida. Y pese a lo que podría ser una triste afirmación, creo que comprender eso, es lo mejor que puede pasarle a una persona para empezar a disfrutarla. Porque no es un "aprovecha el momento" es más bien un "El momento se aprovecha de ti" Él es el que te envuelve, así que dejemos que lo haga y paremos de mirar "más allá".


Akata.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Y no podrá...



















Y no podrá tu mano recoger mi mano, 
y tu verso recoger mi verso,
y los ojos serán dos luciérnagas
que apagan 
las flores de febrero. 

No traerás el concierto a voz en grito, 
ni la puta cuando sangro 
y ya no duele, 
el verbo que escribía en tus disputas, 
y las horas muertas 
follándome tus "puede". 

No habrá calma que empalme mis deseos, 
ni locura que pueda al fin calmarme. 
Serás otro y siempre fuiste otro, 
seré tuya y nunca tuya, 
como siempre.

Y al fin nos veremos como fuimos, 
tú una canción triste
y yo Chavela, 
tú un ronco vacío entre mis chistes, 
yo la luna menguante entre tus piernas.

Y no seremos nada, y nada será el resto; 
más el polvo parecerá un amor tan vivo 
al rededor de nuestro amor tan muerto...


Akata.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Metáfora del No


"Y miedo —y asco— a estos versos mismos;
versos como los que un grandísimo poeta,[...]
 denominó—en circunstancias que imagino parecidas—
certera y dolorosamente «degenerados»."

Roger Wolfe




Tengo miedo, ¿Qué esperabas? Voy sin freno a todas las esquinas. Espero toparme con algo incandescente. Tengo miedo. Ese es mi dogma. Lo sigo a rajatabla cuando enfrento la vida, cuando salto en el aire, cuando río, cuando estorbo; tengo miedo. Tengo miedo y me acuerdo de él a todas horas, porque él es mi amante, y yo soy su pequeña chica desnuda con sombrero de hongo frente al tocador. Me miro los pechos y pienso que nunca más serán tan firmes, tan tersos. Tengo miedo, sí, ¿Y qué importará eso ahora? ¿Y bueno, qué? ¿Miedo de dónde? ¿Miedo de ti? Miedo del mundo, de no ser suficiente para nada. ¿Miedo?Lo ridículo es no poder hablar desnudo ante alguien, y querer bailar con lobos siendo un ave, y querer cruzar la acera siempre en verde, y esperar que me esperes esperando. Quiero ser lo que soy, monstruo y miseria, arteria y sangre. Fuerza, suspense, tierra y carne. Libertad. Quiero ser sin miedo a no ser nada. Tengo pánico al amor, soy humana a ratos. Quiero lo que no puedo escuchar, y saboreo lo que nunca he masticado. Me recuerda la verdad que habrá algo más. Tengo miedo, como escupió Montero "creciendo hacia lo exacto". Cada vez que canto, cada vez que doy un paso más, tiemblo y sonrío, y pienso, "Bah, ellos deben estar tan aterrados..." Soy el miedo y por eso ya no tengo. Me oculto, me  vivo y también sueño. Soy ser sin él soy sin soy ser,

y tengo miedo. 






Akata.

martes, 26 de agosto de 2014

Rage















Así que así es como se siente.
Cómo, sin saberlo, de ninguna parte a ninguna parte, nace.
Dolorosa, frágil e inamovible, justo en el centro de algo que no existe,
justo en ese punto exacto del pecho que no existe.
Así es como se siente, como una fruncida en un día de sol molesto,
como la sacudida de una extraña cuando choca con tu brazo,
como la fiesta en la que todas las cucarachas bailan vals mucho mejor
de lo que podrías hacerlo tú un día sin vodka.

Así es, y no más, como te recorre el cuerpo y lo perfora suave,
como te acaricia la epidermis y te dice:
¡Esta es la reacción a la desesperanza!
¡A la expectativa! ¡Al miedo eterno al abandono!

Así es como me partes, rabia, como cada palabra cuando escribo,
como cada silencio cuando sangro en mitad de la aurora,
como el lila gris del asfalto de mi calle cuando vuelvo a casa.

De la rabia, del odio, de todos los nombres que tengas,
maldito y estúpido mal chiste. Así es como me sacas de lo mismo,
como me devuelves a la vida y su aburrida tristeza,
así es como se siente el pesimismo y la angustia.
Así es, como uno comenta con el otro, sin apenas darse cuenta,
sin haberlo deseado en absoluto, como se ablanda un corazón.


Diana Forte.

sábado, 9 de agosto de 2014








DECLARACIÓN DE AMOR. PROPIO













                                                                                                                                                        
                                                                                                                                   "Ella siempre quiso ser Alabama."


Eres como Frida Khalo bebiendo, 
se te llena el labio de la espuma efervescente y contemplo tu bigote, 
como contemplaría al trasluz el vello oscuro 
de unas manos que pintan en la sombra. 

Cuando dejas la jarra sobre el borde de la mesa, 
tus hombros 
parecen catedrales sedientas, 
absorben miradas visitantes 
y yo, 
tomando entre mis manos los restos de papel,
dibujo gorriones con vetas rojas 
que prenden fuego a tus huesos señalados. 

Tus dos clavículas siniestras se hacen pájaros. 

Y al reírte, mujer, 
me recuerdas a Chavela hablando de libertad y fumando puros. 
Tu risa es como el humo de un habano tosco y natural. 
Impregnas los pulmones ajenos 
con la fuerza de diez mil mariposas renacidas. 

No puedo dejar de observar tu lengua 
desde esta silla
                                                            viscosa y suave.
Seguro; húmeda y azul: gelatinosa. 

Vargas canta en tu risa mariposas suaves, 
                                                                húmedas, sedientas.

Pero, especialmente me apresa un cosquilleo, cuando veo en ti 
el descaro de Wolfe en las palabras. 
Los improperios y maldichos refranes: 
Serenatas, 
y algún que otro gran `hijo de puta´. 

Entonces, mi estómago se hace fosfatina, se convierte en una piscina 
de ácido sulfúrico
y no aguanto;
quiero besarte
 allí donde acaban tus ardores, 
donde el hombre es un imbécil que camina tras la muerte, 
y el Karma es un cabrito ciego y torpe. 

Un manco peleado con sus dedos. 

Allí es 
donde no resisto tu belleza, 
donde, si me observas demasiado, 
encontrarás a Bukowski, y a Hemingway y a Burroughs 
poniéndose hasta el culo de algún alcohol gastado y venenoso. 

Allí, sí, allí, empachado de mirarte tanto 
sin tocarte, 
de imaginar cómo sera el labio que me corte 
cuando en sueños te imagine siendo un monstruo. 


La peor de todas estas noches es en la que no me arrancas la rutina. 

Tú eres como tú, cuando caminas con ese vestido que no tapa apenas, 
cuando corres al siguiente bar 
                                              y saltas. 
Cuando comes como si el mundo se cayese a cachos. 
Cuando a cachos, te deshaces borracha y entornada, y me susurras al oído: 
"Vámonos a otra parte. A un meridiano."

Tú eres tú, 
cuando me partes en el tímpano con la voz calmada y rota; 
y todos los personajes que ya fueron
se manifiestan en la savia de tus verbos. 

Ahí te encuentro y también te desvaneces, 
como Frida en la tarde, como Vargas en la boca siniestra de la muerte, 
como Wolfe en los atascos, como el Karma mentiroso. 

Ahí la dualidad converge, 
y bebo de ti como lo haría Burroughs, y Hemingway y Bukowski, 
con la certeza de no hallar más salida a la vida en este mundo
que todas las palabras, 
el instante que ya se está acabando, 

y esa boca. 




Akata.

miércoles, 30 de julio de 2014

Entre tú y yo siempre mi ego


 RETALES




"Escribo porque cuando escribo miento, y cuando miento digo la verdad. Y todo lo que vales me lo gasto, y todo lo que soy yo ya está muerto. Vinimos a follarnos y acabamos discutiendo sobre el ron y los excesos. Andando en llamas como un perro, en la cama como un beso mal dormido después del desastre, la resaca. Nos dimos la enhorabuena por cagarla a pachas, en tu pecho espero un verso que no muera, una quimera sin terribles confesiones a deshora. Yo no se escribir historias y por eso cojo historias de los otros juntando retales. No sé por qué me buscas, medito en los bares, vomito sin sales, ni arcoiris, tengo claro que la bilis es más dulce que tu "Sí". Hablando aquí y ahora, el agujero, la espera, la encerrona. Llorando, vuestro Dios no llora, llorando en la camisa las palabras "No hay nada detrás." Que hay que parecer más fuerte, que hay que fingir una coraza, eso dicen que hacen los valientes. A la mierda las proezas y a la mierda nuestros putos héroes. Yo soy vulnerable porque así es como me crezco. Te vi bebiendo entre las sombras de las cosas que no dije y enloquezco. Una realidad hecha verbo: yo "joder" infinitivo y tu "Jodernos".



Akata y otros.

domingo, 20 de julio de 2014

Un error prematuro

¿Y QUÉ IMPORTABA SER POETA O SER BASURA?


¿Dónde está la rabia? La he perdido, seguro. No sé si en alguno de los bolsillos del pantalón de hace unas horas, o si sigue aquí dentro y no tiene ganas de despertarse. Ya no es tan temprano como antes. 

Ya no hay tantos motivos para cabrearse. Supongo que ya no hay tantas personas que merezcan un buen enfado.  ¿Dónde está la rabia, joder? Eso que algunos llaman la musa, eso que me ahogaba en un mar de hielo o en una llama ardiente y viva. Eso que, sin yo quererlo, me hacía gritar más fuerte de dolor. ¿Dónde está?

Porque camino últimamente las aceras viejas que me decían: Salta. Todas las primeras veces que lloré. Buceo en la memoria para encontrar un atisbo del instante, para compilar mis huecos y poderlos calcar, y no me hallo. El pasado no me sirve como muelle de nada. Los de ahora no me sirven como huellas de nadie. Las palabras significan, pero sólo en otra parte. Aquí no, en mi no, en mi nunca ahora. 


¿Dónde está la perra que me miraba en la oscuridad de mi cuarto? ¿La que encendía la luz de la mesita, la que vertía sobre mi sueños de carne y me obligaba a levantar los párpados cuando la pena no podía ya más, cuando no podía más calarme las putadas? Mi rabia estaba en todas partes, en todos los rincones del planeta. Miraba a la luna y la entendía. Escuchaba el canto de los ojos de océano con hambre, tocaba una mano y escribía un verso. Pero ahora, ¿Qué demonios ha pasado? ¿Estoy  tan muerta que nadie me despierta aún con los brazos en alto? ¿Dónde está el rechinar de la histeria, la bacteria del domingo por la tarde? ¿Qué ha sido de la euforia de querer a alguien? ¿Qué ha sido de todo aquello por lo que merecía la vena escribir? 

El invierno me hace cicatriz. Las grietas de mis labios son la tregua. El invierno ha escarchado mi matiz: entre ser nada con nombre y ser poeta.



Akata.