lunes, 1 de junio de 2015



¡ESTAMOS RODEADOS!

"Tan valientes de la boca al vientre
prendimos fuego a las calles en tardes como de lluvia,
como de espanto, 
como de viento que llorase. 

Tan puros con aquellos pasamontañas, 
rozándonos los dedos antes del estallido, 
leyendo revoluciones 
mientras hacíamos el amor 
                                        
con la nuestra en las ventanas. 

Tan vivos, tan duros, 
tan estudiantes de un mundo que moría
con el pellejo del recuerdo colgado en nuestros párpados. 

Luchábamos así 
la inocencia de las horas nocturnas.

Pero se ha ido la ceniza de las calles, 
el polvo y el pájaro que cantaba en los graffitis. 
Los días de gritos en las universidades. 

Hemos sido sustituidos por robots 
que emulan el sonido del amor 
cuando los tocan. 

Hemos bajado la guardia y 
refugiados 
en los salones silenciosos de la culpa, 
seguimos mirando a través de la ventana;
tristes, 
con la pena del pasado, 

con la pena del presente y del futuro. 

Ya no nos asimos a los ojos, 
pero ellos mismos 
se buscan en la fuerte noche de secreto: 

"Que alguien arroje la primera cerilla. 
 Que empiece de nuevo la existencia."


DIANA FORTE

Pero nunca me deshago de mi viejo yo, solo lo reinvento

Hoy es uno de esos días como esos días en que uno se escribe algo torpe para recordar en el futuro. Aunque ni siquiera sepa de qué futuro esté hablando. 
Hoy es uno de esos días en que uno llora los soles que ya han caído por el balcón de otros. 
Llora los días de verano y esos amigos que no volverán pero que siempre estuvieron.
Se hace pesada la hora de la cena en una casa vacía de recuerdos que no pueden regresar,
pero se sigue sonriendo como un gran idiota perdedor 
que ahora sabe que lo ha ganado todo.
Y siempre lo hará.
Así me siento, sin la obligación de tener que escribir, pero con la necesidad de tener que desvestirme 
delante de este texto. 

Con los perros, con mi perro, perdón, en las alforjas de mis ojos, corriendo a destiempo detrás de su saliva. 
Dándome los buenos días; diciéndome: eres joven siempre, siempre lo serás ante mi mansedumbre. 
Este es uno de esos días en que el mundo arde pero nadie se da cuenta, 
las franjas azules del pueblo cortan el aliento a los que sueñan 
y les hace heridas en los párpados hasta dejarlos pasmados. 
Echan de menos todo lo que odiaron de sí mismos, todo lo que vieron en otros que admiraron y,
 todo lo que entonces detestaban, de repente, 
cobra el cariz de un buen cuento, abriéndose en canal como una foto sin temor a pesadillas. 

Hoy es uno de esos días en que el cerebro pica como no picaba desde hace inviernos.
En que canto a la madre de todas las madres: la mía; y la amo y la venero por ser eternamente mi gran diosa. 
Hoy, como ayer, los versos 
nacerán un poco más cansados, más pesados, furibundos y amarillos, 
pero seguiré cantando. 
Esa es la rutina de mi vida. Vivir tan fuertemente que no duela tan solo el estallido, 
que la melancolía sea el paso abierto a otros tantos días de verano.

Así es como pienso recordar lo que he sentido. Las infidelidades, los vahídos, las golpeteadas de pecho en las aceras, 
las borracheras de noches y de día, las horas en que no me quise tanto. 
Así es como renaceré cada vez que quiera perderme, aunque sea un poquito. 
Sonreiré sola con el nudo en la faringe y las cosas delante de los morros: bizcas y felices. 

Hoy es uno de esos días en que nada importa más que este misterio, este deseo de continuar la vida, de no bostezar ante lo bueno. De no ponerme más la zancadilla, descubrir que hay montañas de desvelo, cumbres que me esperan todavía. 
Besos sin más miedo. Poemas que gritarles sin la rima.

Ya, ahora,"Que hoy es siempre todavía, que nunca nos gustaron las despedidas...pero si las quimeras."



Diana Forte.

viernes, 6 de febrero de 2015

Al menos dos canciones


[DESPERTAR]

Despertar contigo. Despertar contigo sin la banalidad que suponen las cosas mundanas, las rutinarias, las que toda la gente denomina aburridas. Despertar contigo, ver tu cuerpo caliente incorporado en la cama, buscando a tientas la luz para rayar mis sueños. Que bajes sin ropa a por el desayuno. Olvidar que hay trabajo, y exigencias, y existencias que cumplir dentro del universo absurdo y fluorescente que nos obliga a ser civilizados cada día.

Aplastar mis pechos contra tus vértebras, abrazarte mientras manchas la mesa, el mantel, las horas, mi cariño descubierto.

Despertar contigo, saber que llenarás los pasillos con tu nombre y tu voz chillona llena de Te quieros, preparar las prisas muy despacio para que los besos nos duren más de dos canciones. Despertar contigo- ahora ya hablamos de otras cosas- Despertarme en la ducha, en el salón, en el suelo, en la cama, en la alfombra, en la ventana...Despertarnos dentro algo que recuerde que no importa que no haya gran sentido a esta tragedia; somos compañeros. Nos hemos revivido. Haremos juntos las cosas solidarias, y las solitarias, tal vez nos las contemos.


Despertar contigo, conmigo, con nosotros. Y obligarte a quedarte entre las sábanas, al menos dos canciones.


D. Forte.

jueves, 29 de enero de 2015

A mis libros con amor



SIEMPRE NOS GUSTÓ LA LLUVIA

"Las chicas grandes no lloran. No, no lloran." << ¡Pero no es verdad!- Le grité un día aburrida al señor J. Kennedy Toole que, desde la portada amarilla de su libro, me miraba con cara de merengue.- ¡Claro que lloramos, Señor Toole! Y a borbotones. A raudales; como si fuese nuestra obligación divina inundarlo todo hasta arrasar a la humanidad con el dolor. Lloramos como las mujeres que sin querer evitarlo, miraron atrás en el desastre de Pompeya. Como la niña terca de la foto de la guerra de Vietnam. Lloramos como nuestros ídolos de rock envueltos en cocaína, acabados y destrozados por un lamentable futuro de degradación y canciones desfasadas. Y si, también lloramos con los tres ojos de los vivos de Chernóbil, como los árboles del Amazonas antes de caer a tierra y dejar de ver el fuerte licor del sol desde lo alto. Vamos por ahí llorando como pequeñas hijas de puta que saben que el mundo no se merece tanto, tanto tanto daño; y ellas tampoco.>>

<<Querido Toole, te equivocabas. Sólo las chicas grandes podemos llorar de verdad. Llorar para que, de vez en cuando, algo se desvanezca.>>





Diana Forte.


viernes, 9 de enero de 2015

"Toda la puta vida cambiando de dirección..."



"Ahora es tarde para lamentar mi vocación, vergüenza de escritora..."

Mírame, yo soy, yegua sedienta bramando entre las metáforas de mi rabia desarmada.
Mírame, escribiendo sobre ti como si hubieses sido un hombre libre
y yo una mujer libre,
y libremente nos hubiésemos un día conocido.

Mírame, triste a las cuatro de la noche escribiendo en la pizarra blanca de mi tiempo
todas las líneas de tus redes sociales.
Sintiendo la tentativa de pulsar un botón para hablar.
Los fantasmas no se van, ¿No es cierto?

Pero, ¿Se cierra una herida tan profunda cuando elige uno la herida?
Hablo de ti, que yo las heridas no las siento.
¿Podrás vivir sabiendo que ella existe?
Todo lo era ella y todo lo era él y
¿Se acabó?

¿Volviste a ser quién eras? ¿Quisiste alguna vez? ¿Y yo?
Pobre miserable larva amiga, escuchando las penas de los muertos de hambre,
olvidándome la vida en las mentiras, dejándome la sangre en la maleta,
volviendo peor siempre de los viajes.

¿De que me sirve llorar si nada cambia? ¿De qué me sirve, eh? ¿De qué me sirve?
Es verdad que mis heridas no se siente, porque mis heridas manan,
son tan grandes, tan ovíparas, tan puras,
que una supernova de dolor hace estallido
y ya no siento nada en absoluto.

Ruido blanco.

Los pájaros nocturnos y las aceras repletas de gente
abierta en canal enseñándome la muerte antes de tiempo.
Yo no quiero vivir en algún daño.
No quiero que el recuerdo yague mis locuras.
No quiero ser quién diga que Levantes.

Mírame, yegua blanca, vahído malsonante, necesidad insensible
plagada de silencio.
Mírame, joder, mira mis crines, en mi calma no te quedan recovecos.
Se larga la vida y, la derrota, apoyada en una tecla y sus opciones
me anuncia lo que alguien ya sabía

He sido un mar de tierra alzando sombras
a mi pequeña libertad buscando orillas.



D.F.



miércoles, 31 de diciembre de 2014

2014


"No es poesía pero léeme los labios: no hay un sólo verso en que te vayas a quedar eternamente."


DULCE CANCIÓN DE INVIERNO DE 2014


(A mi, que no. A la noche, que tampoco. Pero especialmente a ellos. A todos aquellos que mañana no estarán. Va por vosotros.) 














No he trazado un río sincero entre las flores azules 
de este jardín cerrado.
Es un mar salado 
y una crin de caballo que araña mis pulmones en la noche fría,
en la fría noche de sábanas 
del nuevo mandamiento para este viejo año que termina.

He escrito como Safo, con mujeres en mi alfombra 
que son hombres descubiertos.
Muertos en los nichos, llantos en las caries de las palabras que he gritado.

Yo amé fantasmas; monstruos; crucé silencios cálidos.
Vi tus ojos enjuagados en la tarde a mediodía.
No he sido sincera, 
ni compleja víscera en lo dicho: te maté entre mis retratos.

Tampoco he mencionado aún la verde vereda y sus inmundos soles en la infancia,
los días de tierra en los zapatos
y las aguas turbias de bañera. 
Les debo ahora el spleen nocturno de mi adultez tardía.

Mis promesas de un futuro sin pensamientos de muerte han acabado.

No me vendieron el mundo, no me dieron la espalda, 
no soy el centro de nada, ni de nadie.
No. No sierva, ni siniestra maestra cura-vidas.

Yo he pagado mis pecados como todos los mortales.

No. No fui El Papa, ni los héroes de Marvel que se arrancan la piel por la bondad cruda del hombre.
Yo partí más bien hacia otras costas,
en un mundo donde Mathew  ha visto sangre,
donde el azufre es la patria de lo único posible.

Yo no aparté sombras, yo me bebí litros de licores de forma alfabética
escuchando poéticas absurdas de ricos que venden confeti.
Así en la noche fría, en la fría noche 
me recuerdo los desprecios
del lobo que es el hombre para el hombre.

Me dijeron, también, hablando fino,
que la polla, la siniestra puta
y todos los insultos malnacidos de mi boca 
costarían el hambre a mis pasiones.
Pero la liberación empezó en el verbo,
y maté a Dios con la misma justa forma en que el nos abandonó sin retirar su mano severa 
del hombro que bien soba.

No fui vacilaciones, ni fui el vidrio por el que debías pasar el prisma de los comportamientos ajenos.
A mi, esta pulcritud me da gran asco.

Sin embargo, a veces, me he visto como si me viera:
sola en casa,
tirada en una alfombra manchada de vino y teléfonos cansados,
sonando fuerte Piaf a punto de palmarla en medio de un concierto
y no ha pasado nada. Nada ciertamente.

Me di algo de pena, en serio. No, es serio, a tristes voces me di pena
y entonces pude al fin resucitarme.
Porque no he sido realista, y me he mentido.

Y la verdad
 es que todo el odio que os deseo,
no es más que este mal envenenado que me profeso a mi misma.


Pero os lo cedo, os lo concedo. Os lo regalo.



FELIZ 2015.



lunes, 1 de diciembre de 2014

CÍRCULOS



















¿JUVENTUD VALIENTE?


Yo he nacido de la libertad y el miedo,
de los recuerdos de mis padres, 
de las fotos de los marcos siniestros de mi casa.

Yo he nacido del abrazo silencioso de tus
huellas
cuando decidiste que las tardes
no eran sólo nuestros besos.

Y siento la bilis de un caballo enfermo
dentro de toda nuestra historia.
Se hace tarde el día
a las diez de la mañana.

Yo he nacido de un hambre pregonada
a través de todas las edades.

Aún hay huellas de la histeria colectiva
del eco de ésta simiente 
que plantaron los astutos vengativos;
sin aves, 
con muros y heridas,
sin venas, 
con sangre; 
                   sólo sangre.

Aún hay huellas de la cruenta masacre del invierno
y todos sus guerreros asolados.

Yo nací en una hora mal dormida
entre el nihilismo adolescente y 
la cadencia gris de los rebeldes.
Yo nací de tu boca de carne y 
fisuras, dulzura y olas suaves de viajes
al futuro.

Aún hay ecos de las manos 
que no pudimos apresar.
Aún, a veces, duele el día, la libertad ahoga. 
Corre el miedo.

Diana Forte.