Fuego azul.

Todo lo que pasaba por mi cabeza se esfumó.

No quedaba nada.

No estaba la conversación en la roca, los viejos recuerdos,las canciones,no estaba el viento,ni la luna,ni el olor a wisky y tabaco en mi chaqueta,no susurraba ya el mar,ni veía las olas,no respiraba,no sentía frío, no lo contemplaba,no se reía, no se movía, tan solo esperaba. Ningún otro sentimiento, ninguna otra dimensión, nada más que el aliento contenido preambulo de un beso. "Algo inocente".- pretendió mentir con las palabras.-" algo rápido y sencillo, algo seco, que no deja huella, que no duele ni huele,ni te cala, solo un roce y nada más".Si, eso dijeron sus labios, eso me engañó su boca, pues sus pupilas eran harto conocidas; aquellos ojos yo ya los tenía por largos septiembres, podrían vivir mil veces sin mirarme, pero cada vez que lo hicieran, dejarían al descubierto una verdad que ni el dueño de aquellas llamas azules podría sospechar que me mostraban.

Así que en su mentira, quise engañarme yo también, cediendo a la euforia sostenida que despiertan los deseos inesperados, y acepté con complacencia lo inevitable.

Se acercó con tanta calma que creí estar dormida,lamiendo en el subconsciente el sabor de los sueños; cerré los ojos por sistema, o tal vez por no ver lo que sería, por temor a traicionarme. Y fue en ese preciso momento, en que el viento me rozó el pelo, el vello se erizó a causa del frío, el mar sangro sobre las rocas creando melodías, la luna dió su luz contra mis párpados, los recuerdos se agolparon de repente,el corazón clamó como un tambor,el wisky regresó a mis papilas-Si,fue en ese momento. Me besó.

Sus labios abiertos a la par con los míos, su carne acariciando las grietas de mi boca, suave, tierno,sin reflejar apenas lo que pudiera albergar dentro. Un beso corto, desordenado,como el caos perfecto, un beso de un segundo, que probablemente dure una vida. Un beso que se esfumó tal y como vino...Un beso y un aire que volvía a llenar mis pulmones con su fuego azul.