lunes, 13 de diciembre de 2010

Dije que tenía un gran culo y no un culo grande...


Cuando las personas en plena adolescencia no encuentran una pareja con quien compartir sus pueriles dudas existenciales, se sienten una especie de marginados sociales, de apestados para el resto del universo, pues lo que se lleva es tener novio-barra-novia, lo políticamente correcto es no ir liándose por ahí con el primero que pase, encontrar un príncipe o princesa azul. En el fondo entiendo la presión que nos procura la televisión día tras día a todos los niveles, somos vapuleados hasta que nuestros diminutos cerebros deciden absorber toda la mierda que se le pone por delante. Pero lo cierto es que, cuando llegamos a ciertas edades, lo que más bien nos ocurre es que sentimos la soledad como la muerte, un segundo infinito que no termina; y ya ni te cuento los días de domingo... "Todos nos sentimos solos de vez en cuando", es inevitable en un mundo plagado de seres humanos sentirse sólo. Lo más difícil y extraño es tener la capacidad para entender que en cierto modo la soledad siempre estará con nosotros, incluso hasta cuando tengamos a alguien con quien compartirla. A veces, nos sentiremos alejados, inmóviles, como el resto...
La soledad no nos dejará nunca solos, sin embargo, lo más duro de esto es sentir que no deberías tener la sensación de soledad y aún así, estar más sólo que nunca.

1 comentario:

  1. ¡Focas!
    ¡Oh Dios! Mi culo es enorme :3

    Que sepas que aunque no deje huella sigo tu Bloggg :D
    Besorrios cicenilla :D

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