miércoles, 15 de enero de 2014

Hambrienta incertidumbre



MORDER

Morder. 
Carne, sangre, avenidas. 
Sexo. 
Rabia, futuros, un cuello. 
Tú cuello. 
La tarde, la sangre, un músculo. 
Aliento. 
Lo que sea, 
                 pero morder.

Akata.

1 comentario:

  1. Muerde hasta que toques piedra y un látigo de atención te haga esculpir verdades.

    Puedo estar un huevo de tiempo sin pasarme y leerte, pero cuando llego me vuelco a leer cada novedad llamativa, con fruición, rumiando las runas asonantes de tu poética descarnada. Alguna vez alguno se me engarza tan hondo, que releo hasta soñar la pista de una necesidad onírica.

    Te estallas sin piedad, deslizando tus escultural esqueleto por las carnes de tu ánimo y me encanta ver la acidez y causticidad hambrienta con la que hilas un ritmo melódico que es música muy delicada, metáfora ardiente y juego de imágenes que te salvan en belleza.

    Se puede respirar la pasión, la necesidad, la ansiedad de parir las letras malditas que traman los ritmos de tu corazón. Sudor, saliva, sangre, santuario.

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