La mediocridad, el vacío, las libélulas azules los días de lluvia. Las naranjas podridas, el fracaso, los sueños enfermos, la vanidad y la evidencia. Aquí yace el miedo transformado en rabia, en ira, en verso y algo más.
martes, 28 de agosto de 2012
La lucha
"Un demonio que no era, con la cara pálida y marcas de geisha, horadaba el perfil perfecto de la chica japonesa con kimono de luto que enfrentaba sus pupilas. La tela del traje estaba marcada por la sangre de la tinta , de mi tinta. Se miraban expectantes, apresadas por el segundo que lo encierra todo, el segundo previo a la acción y la crueldad, a la brutalidad más exquisita: la lucha.
Pero, a decir verdad, era una lucha de erótica violencia; amor doliente.
La japonesa arrastraba sus piernas por la hierba haciendo perder el equilibrio a su contrincante. La pequeña belleza occidental con marcas de pintura en la cara, jadeaba de puro placer al dejar K.O a su oponente.
Todos aplaudían fuerte en el silencio de la respiración, un coro de alientos contenidos al unísono.
Era precisamente por ese instante, ese momento exacto en que dos súbucos se lamen las heridas entre la humedad de la hierba y sus vestidos, en el que la victoria eligió su propia máscara.
Tras la batalla, una de ellas, con los ojos en blanco, susurra palabras lejanas al oído de un muchacho. La pintura de la geisha se estremece y yo, contemplo la escena como un cuadro perfecto, una sinfonía que pudiera escuchar desde el subconsciente, viviéndola a tiempo real para rajarme una epifanía en las entrañas.
Luego oscuridad y silencio; luego abrí los ojos, vi mis dedos, y fui a la cocina a por un vaso de leche blanca. Fin del sueño."
·NOTA:
Rojo: Simboliza, por un lado, amor y calor, sensualidad y pasión, mientras que, por otro, simboliza rebelión y sangre, fuego devorador. Es el color más violento y dinámico y posee el mayor potencial para incitar a la acción. Expresa tanto la rebelión como la alegría de la conquista. El rojo incremente la presión sanguínea, la tensión muscular y la respiración. Es, en definitiva, el color del erotismo.
Blanco: Es silencioso y ligeramente frío. En grandes cantidades, deslumbra pero, en si mismo, crea una impresión de vacío y, por lo tanto, de posibilidades infinitas. El blanco simboliza la pureza, la perfección, la juventud y la paz. Evoca limpieza, especialmente cuando se haya cerca del color azul. Es el compañero ideal de todos los colores, ya que combina bien con todos ellos.
Negro: Por un lado, el negro está asociado a las ideas de muerte, luto, dolor y soledad. Tiene un carácter oculto e impenetrable. No ofrece esperanza ni futuro. Sin embargo, por otro lado, el negro puede conferir nobleza, distinción y elegancia. El negro ayuda a resaltar los colores contiguos o próximos a él.
viernes, 24 de agosto de 2012

En el fino hilo donde cuelgan las nubes, sus alas transparentes acarician el límite.
Inmóvil, feroz dragón con puntiagudo fin
nadando estática en el mar del cielo, siendo poesía para los antipoetas.
¿Serás el diablo en forma de astuta poderosa?
El infierno debe ser un nido de libélulas.
Se que me estás mirando, y el miedo torcido no me deja acariciarte.
Libélula en la pinza de la ropa, del color de la tierra,
ahogando el llanto del sol.
Difícil imaginar tu vuelo planetario,
surcar en tu lomo las aguas más puras.
A ti, libélula, con nombre de algo enfermo,
te confieren la belleza del más hermoso mal.
¿Quién pudiera separar con tus venillas grises la línea que esconde el firmamento
adorarte, ser tu sierva en un segundo conmovido?
Libélula salvaje, don natural y Reina del averno.
Akata
sábado, 4 de agosto de 2012
Sueño con el roce de los sueños
"Se apoderó de Cú Chulainn un espasmo que hizo que su cuerpo se combara, pareciendo un ser monstruoso, horrible e informe sin igual. Sus piernas y articulaciones, todos sus nudillos y órganos, de la cabeza a los pies, se agitaban como un árbol en plena inundación o un junco a merced de la corriente. Su cuerpo se revolvió violentamente dentro de su propia piel de tal forma que sus pies y espinillas se dieron la vuelta hacia atrás, y los talones y las pantorrillas, hacia adelante. En su cabeza los nervios se alargaron hasta la nuca, cada uno de ellos cuan poderoso, inmenso y desmedido pomo, del tamaño de la cabeza de un niño con un mes de vida. Uno de sus ojos se hundía hasta tal punto en su cráneo que una grúlla salvaje lo perdería de vista a la altura de la mejilla de tan hundido en las profundidades del cráneo que se hallaba, y el otro ojo le colgaba a la altura de la mejilla. Su boca retorcida de forma extraña y las mejillas estiradas hacia atrás dejaban la mandíbula descarnada hasta dejar a la vista sus entrañas, sus pulmones y su hígado ondeaban en su boca y en su garganta, su mandíbula inferior le dio un golpe tal a la superior como para matar a un león, y escupía por la boca grandes cantidades de saliva que parecían copos centelleantes de lana de cabra, procedentes de la garganta. El pelo de su cabeza se retorcía como las ramas de un espino, atascado en un hoyo; si los frutos de un manzano cayeran encima suyo, apenas llegaría al suelo manzana alguna, quedando clavadas en vez en las cerdas de su cabello tieso, de la rabia, sobre el cuero cabelludo."
La batalla de los bueyes de Cualinge.
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Imaginad una visión tan basta como el mar, algo inefable e inconcebible, algo tan aterradoramente hermoso que escape a la lógica belleza captada por la pupila del ojo humano. Imaginad por un momento que sois un minúsculo punto en lo alto de una roca enorme y gris que contempla el océano, que escucha al mar en su silencioso secreto.
Imaginad que estáis bajo la hierba mojada que acaricia las venas laberínticas de vuestros pies. Haceos el viento como si los dioses y guerreros encendidos os hablasen en susurros de una tierra desconocida y pasional.
Creed en la belleza de un sol frío y turbio iluminando la Isla Esmeralda.
Y tal vez, un día, soñando con Irlanda, os despertéis en ella como Aengus en el alma del guerrero más voraz. Puede que un bardo os cuente la verdad.
Imaginad que dejáis esta piel, y os halláis inventando una vida de magia y troncos de roble.
Imaginad que sois cada rincón en que un druida bailó bajo la luna llena celebrando Beltaine, amando el fuego.
Escuchad la llamada de lo primigenio, de lo que nunca extinguirá.
Sed tierra fértil, agua de cebada, sed el sueño de una noche de verano al calor de una leyenda en cualquier bar.
Sed, nada más, y encontraos dentro de vosotros mismos. Para siempre.
Un día dejaré de soñar con Irlanda, el día en que no quede ya esperanza.
miércoles, 1 de agosto de 2012
Rama rota en suelo liso
A veces lo recuerdo como un mal sueño, y entonces me despierto, y ni soy yo ni estoy conmigo,
y un alivio me inunda y resigna mi existencia a no dar pasos en círculos, a no carga la vista atrás.
Ahora soy un reptil fértil y solitario que evacua sus dolores con la muerte de otra sombra;
el pequeño fragmento que escamea su alma. Se deshace de la construcción de una dicha pasada, mata cruel la confianza, mata al tiempo, se devora sin piedad la sucia calma.
Vive bajo la cama, no va a partidos de fútbol, ni monta en tren para mostrarse al mundo.
Ya sabe que está muerto.
Áspero animal, humano seco.
Yo que creía veros ante el espejo, abrazando el corazón azul de latir con miedo, apretándome las venas, las vísceras y viceversa, acariciándome dulce como perro herido,
Despertándome del llanto en sueños malformados.
A veces os juro que caigo al vacío, y luego, como inocente dios me multiplico y digo: "Hay motivos que ignoras". Continuo el suicidio.
Si pensasen los monstruos en el amor y el olvido, Ay, si pensasen los monstruos,
¿Qué sería del hombre?
Rama rota en suelo liso.
Akata
martes, 31 de julio de 2012
Dicen que la vieron montarse en un coche y marcharse a casa,
era tarde,
olía a veneno.
En la puerta con sus dos manos apresó el mundo hueco.
<<Mañana>> y se fue sonriendo de puro deseo.
Negó un beso que le pertenecía,
El sol iba a nacer de un momento a otro.
Los ojos, como cristales de fuego pensaban en sueños,
y se hizo de día.
Sus tacones torcidos marcaban la lluvia, buscaba sus palabras
en el último trago de abstenta ¿dónde estaban sus malditas palabras?
Palabras de mierda.
Palabras de mierda.
Cuando la cama fue mar, sus mil iris azules hablaron de montañas y
surcos antiguos.
Dicen que en la noche sus dedos tocaron el llanto del alma,
sobrevino el placer que precede al orgasmo.
Y en las más profundas sombras escribió una carta sin sello:
" Se hizo tarde amor para tanta despedida, para tanto drama. En las heridas
hallé una verdad sin tus sílabas. Yo he visto las mariposas de las que hablabas en invierno,
y algunas tardes de cine evoqué tu recuerdo.
Te vi en los templos, en las cenizas, en los cimientos de mi ascenso.
En las cervezas en bares con las piernas cruzadas salió mi contento;
porque te marchaste.
Y ahora, cariño, que soy mujer rota, o sirena varada, o diablo sin trabas,
no te necesito.
Y ahora, pequeño, que ya me hice grande, que tarde aprendí que un sueño
es un sueño, cometo delito, brindo por lo ajeno; ya no me interesan sus cantos perpetuos.
Me miras, porque es verdad que los siento, me miras, pero un pájaro muerto
anuda tu pupila.
Y ya no reviento por dentro.
La musa me escupe, pero no es por tu cuerpo."
Dicen que cada madrugada se insufla disculpas, se bebe una taza de leche y locura.
Mira a la ventana y el mundo le quema,
quiere huir lejos, vivir lejos,
montar sobre un carro de luna llena.
Se falta al respeto y después;
se acuesta.
Dicen que todos los otros la han visto cantando en las calles de Marzo,
que siempre saluda y sus curvas no ayudan a corresponder.
Dicen que muerde también, y que se la suda el fracaso.
Dicen que al ocaso la vieron montarse en un coche y volver,
tal vez fuese a casa, tal vez por un beso que no pudo ser.
Akata.
Akata.
miércoles, 18 de julio de 2012
Ascenso y caída

-Tú ya habías estado aquí.
-Hace mucho tiempo.
-¿Porqué has vuelto?
-Había perdido algo en mi vida, y quería volver a hallarlo en esta playa, donde una vez encontré algo que ni siquiera sabía que era mío. Si una vez este sitio me regaló una verdad, podía hacerlo de nuevo, ahora que la necesito.
¿Porqué le hablaba de esa forma tan
estúpida a aquel hombre desnudo y desconocido? Y yo que sé, pero no
pude evitarlo. Algo me decía que era la única persona de toda la
playa con la que podría hablar sin destrozarme.
-Si te lo dio sin que lo pidieras, no esperes que te lo de ahora que lo exiges.- afirmó secamente.-Yo también pensaba en el tiempo, y en lo que se lleva consigo, y en lo que nos deja, claro.
Antes, hace algunos años, solía venir aquí con mi mujer. La gente, cuando se muere su pareja tienden a idealizarlas y suelen gritar tonterías del tipo: “era la mujer de mis sueños” y cosas así; pero lo cierto es que cuando mi mujer murió yo estaba intentando tirarme a una jovencita de universidad. Las cosas el último año nos habían ido francamente mal, y ya apenas follábamos ni veíamos juntos la televisión. No hacíamos nada. Incluso empecé a odiarla un poco, odiar todo lo que hacía y su voz chillándome de la cocina al salón. Por eso cuando conocí a Marisa, morena, alta, de piernas esbeltas y minifalda roja, a mi se me olvidó pelearme con mi mujer, y ella dejó de querer pelear. Perdimos la ilusión hasta de hacernos daño.
Estuve algunos meses
tonteando con Marisa, hasta que un día accedió a venir a la
filmoteca conmigo. Joder, ahora la recuerdo en la butaca, a oscuras,
con su minifalda verde y las piernas como dos enredaderas de seda
cruzadas. Era puro morbo, tenías que haberla visto muchacha. Cuando
acabó la peli la acompañé a su coche, la besé y quedamos para el
día siguiente. El problema es que al llegar a mi casa no había
nadie,y se me olvidó el día siguiente.Mi mujer había sufrido un
derrame cerebral y estaba en coma. Y creeme, lo que dicen de que
crees morir en el instante en que sabes que a las personas a las que
quieres les ha ocurrido algo también es mentira, pura y puta
mentira. Lo que pasa en ese momento es que dejas de sentir, y de
escuchar, y de ver. De repente contemplas el mundo como si te
hubieses desplazado de ti mismo 91 cm, y para tocar las cosas
tuvieses que alejarte de ellas, colocarte en una perspectiva
diferente. Yo dejé de sentir en ese mismo momento, y me fui
corriendo al hospital. Durante las dos semanas que estuvo en coma
antes de morir me vine aquí, a esta playa, a ver el mar y sentir
frío, porque era la única sensación que me apartaba de la
irrealidad en la que estaba sumergido. El frío fue lo único que
sentí durante aquellos días, el frío y su recuerdo aquí, en esta
playa mientras la veía comerse un melocotón debajo de la sombrilla.
Luego ella murió, y entonces si vino el dolor, el que todos
conocemos, ese. Yo la seguía odiando, y seguía quedando con Marisa,
que se convirtió en la columna que aguantaba mi peso. Pero ya no
quería follármela, ni siquiera me fijaba en sus minifaldas de
colores. Sólo me apoyaba en su hombro y lloraba. Odiaba a mi mujer,
pero en aquel momento hubiera dado mi alma por uno sólo de sus
gritos. La ilusión volvió con la muerte, y la muerte trajo consigo
el dolor, y el dolor se quedó aquí, en esta playa, conmigo y su
recuerdo de mierda.
Mi mujer era un ser humano
corriente.-dijo aspirando mucho oxígeno.- con sus locuras, sus
manías, sus más y sus menos, pero era el ser humano que se había
quedado para conocerme. Y, bueno, también se que seguramente, si no
hubiese muerto nos habríamos separado, pero la ausencia hace que las
cosas cobren un nuevo significado. Su muerte me regaló el amor por
lo perdido, y así comprendí que amaría a otras con fuerza y pasión,
pero que no sentiría jamás el vértigo del placer de una discusión
con ella.
Akata.
Akata.
martes, 10 de julio de 2012
UN SUEÑO DENTRO DE UN SUEÑO
¡Recibe en la frente este beso!
Y, por librarme de un peso
antes de partir, confieso
que acertaste si creías
que han sido un sueño mis días;
¿Pero es acaso menos grave
que la esperanza se acabe
de noche o a pleno sol,
con o sin una visión?
Hasta nuestro último empeño
es sólo un sueño dentro de un sueño.
Frente a la mar rugiente
de una ribera atormentada por las olas,
tengo en la palma apretada
granos de arena dorada.
¡Son pocos! Y en un momento
se me escurren de mis dedos al abismo,
mientras lloro, mientras lloro:
¡Oh Dios! ¿Por qué no puedo
retenerlos en mis dedos?
¡Oh Dios! ¡Si yo pudiera
salvar uno de la marea!
¿Hasta nuestro último empeño
es sólo un sueño dentro de un sueño?
E. Allan Poe
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